El despertador sonó indicando que debía levantarse, Jimin dejó escapar un quejido, en otro tiempo estaría emocionado de volver a ver a sus compañeros de clase, estaría emocionado de volver, estaría emocionado de verlo a él, pero eso era tiempo pasado.
Reunió toda su fuerza de voluntad y por fin se sentó en la cama, su mirada era perdida y borrosa; sin nada de ganas se levantó y caminó al baño, todo era tan igual que siempre, a excepción de que ésta vez empezaría su último año.
Recordaba cómo era todo hace un año, él estaba despierto incluso antes de la hora, esperando con ansias a que llegara el momento de irse, emocionado y sonriente durante su camino a la escuela, entrando y saludando a medio mundo, esperando a que él llegara, pero eso, era tiempo pasado.
Mientras tomaba su baño no pudo evitar sentirse abrumado, todos lo sabrían cuando no lo vean de su mano, cuando llegue solo al salón y cuando ni siquiera estén juntos, habían terminado hace casi tres meses , y aunque dijo que ya no dolía, la verdad era que si.
Bajó a desayunar, desganado, no veía a nadie en su casa, su padre trabajaba todo el día y nunca lo veía, ya se había acostumbrado a su soledad, aunque esa sensación había desaparecido cuando lo conoció a él.
—Minie, he llegado a desayunar contigo. — Le decía él al oído abrazándolo por detrás.
— ¿Conmigo o a mí?— Adoraba que lo abrazara.
—Ambas. — Dicho eso chocó sus labios con los del menor, mientras se recargaba en la pared.
Recordaba cuando lo veía en su casa antes de irse a la escuela, y la verdad era que lo extrañaba demasiado.
Cuando terminó de desayunar, se dispuso a ir a la escuela, se puso los audífonos reprimiendo cualquier sonido del exterior, aislándose en su propio mundo.
Caminaba a paso lento y otro recuerdo le inundó.
—Me pregunto cómo reaccionaran. — Él hablaba.
—No lo sé, pero no debemos dejar que nos afecte lo que digan. — Jimin lo tomó de la mano.
Le sonrió mientras caminaban a paso lento hasta llegar a su escuela.
Levantó la cabeza e hizo una mueca al darse cuenta de que había llegado a su destino
—Aquí vamos, por otro año lleno de miseria. — Rió de manera burlesca, dio un gran suspiro y entró.
Todos los que lo miraban murmuraban, Jimin sabía perfectamente de qué, y quería detenerse y gritarles que sí, que había terminado con él hace unos meses y que le dolía, que aún le dolía y que no soportaba estar ahí sin él, sin tomarlo de la mano, pero no lo hizo, se quedó callado.
Entró a su clase, y todas las miradas se volvieron a Park, unos con pena y otros con tristeza, estaba comenzando a sentirse harto de todo, más fingió no darse cuenta de aquello, se sentó en el penúltimo pupitre que daba a la ventana, aun con audífonos puestos, sacó un libro de mochila y fingió estar leyendo.
—Me gustas. — Las mejillas de Jimin se tornaban rojas, su corazón latía de tal manera que podía escucharlo. Pasaron segundos que más bien se sentían como años.
—Tú también me gustas Minie. — Su sonrisa, esa maldita sonrisa que lo hizo caer, que lo enamoró desde el primer momento en que la vio.
Su felicidad se incrementaba, tanto, que no pudo controlar sus movimientos, acto seguido, se encontraba besando los labios de aquel chico, que frente a sus ojos, era la persona más perfecta de éste mundo.
Puso una mano en su cabeza, estaba harto de recordar lo que pasó, apretó el libro con todas sus fuerzas, aunque se obligaba a relajarse a sí mismo no podía, quería dejar de pensar en él, quería arrancarse el maldito recuerdo que tenía de ambos, simplemente quería dejar de sentir.
Respiró hondo para intentar calmarse, contó hasta diez para despejar su mente, mas sin embargo, todo aquello fue en vano, cuando levantó la vista lo vio, ahí, de pie, el verlo hizo que su corazón diera un vuelco y latiera de manera rápida y fuerte, tanto que dolía, sus ojos picaban y comenzaba a ver borroso, pero eso no fue lo peor; lo peor fue que al mirar hacia sus manos, vio que una de ellas estaba entrelazada con la de alguien más, y al ver quién estaba a su lado se encontró con otro chico, alguien que estaba usurpando su lugar. Sintió las lágrimas salir, sabía que lo vería y sabía que dolería, pero nunca esperó que aquel que amaba con todas sus fuerzas lo olvidara tan rápido y se presentara frente a él con otra persona. Quería saltar de su lugar y gritarle, decirle que aún lo amaba, que lo estaba esperando, que esperaba que regresara, y por más que doliera, sabía que no lo haría.
Rápido se limpió las lágrimas y simuló volver a su lectura, aunque su mente estaba completamente nublada y su corazón hecho trizas, con un gran nudo en la garganta, fingió seguir leyendo y fingió estar calmado ante la situación.
De reojo, vio como la nueva pareja se sentaba al otro lado del salón, mientras que hablaban y sonreían, se veían felices, se veían como ellos hace unos meses.
—Vaya mierda. — Volvió a murmurar para sí, quería salir corriendo de ahí, pero no quería que él supiera que le estaba matando verlo de esa manera con alguien que no fuera él y a pesar de que sabía que el mundo no se iba a acabar, aun sabiendo eso, no podía evitar el hecho de que le doliera.
El profesor entró al aula, haciendo que todos se sentaran, y que la parejita tomara seriedad ante la clase.
—Jóvenes, reciban a su nuevo compañero. — Se dirigió rápidamente a la clase, caminó hacía la puerta, cuando la abrió, un chico de cabello negro entró, parecía no querer estar ahí.
Jimin usó al nuevo de pretexto para voltear a ver a su ex, seguía siendo tan perfecto, no podía odiarlo, no podía siquiera estar enojado, pero en cambio, si podía odiar a quien estaba a lado de él y lo odiaba con cada célula de él.
—Hola, me llamo Min Yoongi. — Park ni siquiera puso atención al nombre del nuevo, estaba enojado, tanto que podía sentirse en el aire, definitivamente odiaba a la nueva pareja de su ex.
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Através Del Espejo ◆YOONMIN◆
Fanfiction»-Hay alguien en el espejo.« Yoongi sufrió un accidente que lo deja en coma 3 meses, olvidando casi por completo toda su vida, tiene sueños muy raros que le dan ciertas pistas de lo que pasó. Jimin no supera a su antiguo amor, está constantemente d...