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La camioneta Jeon se estacionó en la entrada de la casa, se notaba que estaba deshabitada, pues la fachada estaba sucia y gastada, había gran cantidad de pasto en el jardín de frente.

Seokjin respiró hondo y con ligera nostalgia, nunca se imaginó que su antiguo hogar pudiera lucir tan deplorable, pero era comprensible. Cuando trasladaron a Yoongi de hospital sus padres no quisieron vender la casa ya que tenían la esperanza de que en algún momento regresarían, sin embargo, todo se fue al caño en el instante que se enteraron de la amnesia de su hijo, ellos decidieron que sería buena idea establecerse en Seúl e iniciar todo de nuevo allá.

Yoongi bajó del auto y miró la gran casa frente a él, no era una mansión o algo por el estilo, pero era bastante grande. Sintió un escalofrío recorrerlo desde la punta de los pies hasta su cuello, sabía que debía haber algo ahí.

—Bienvenido a casa, Yoonie — Le dijo su hermano, mirándolo con algunas lágrimas acumuladas en los ojos, Min menor tomó de la mano al mayor.

El corazón del pálido comenzó a acelerarse a tal punto que le fue difícil respirar, su cuerpo completo temblaba cuan gelatina y el sudor no tardó en hacerse presente, tenía muy en claro que una vez entrando a ese sitio todo lo que ha estado buscando llegaría. Sin más que esperar, fueron los hermanos Min quienes dieron el primer paso para entrar, seguidos de los demás quienes parecían no querer entrar a el lugar.

Namjoon sacó su celular del bolsillo de su pantalón y encendió la linterna, ya era de noche y, como era de esperarse todo estaba oscuro.

—Recordaba este lugar muy diferente — Habló Hoseok aferrándose al brazo de Taehyung.

—Nos fuimos hace siete meses, no hemos vuelto desde entonces — Respondió Seokjin, no obstante, eso era mentira, porque él si volvió.

Lo que Yoon pensó que era la sala estaba totalmente vacía y con una gran capa de polvo cubriendo en suelo, sintió un aura familiar en el lugar, pero no supo describirla. Soltó la mano de su hermano y continuó recorriendo una a una las habitaciones de la planta baja de la casa, en todas tenía la misma sensación, pero no podía recordar.

—¿Y bien? ¿Cómo te sientes? — Preguntó Hoseok después de un tiempo.

—Sé que he estado aquí, pero no llega nada a mi mente — Contestó decepcionado.

—Bueno, aun es el primer piso, vamos arriba — Propuso Jungkook.

Mientras los cinco chicos subían al piso superior, Jungkook y Taehyung se quedaron abajo.

—¿No hay señales de ellos? — Jeon negó.

—Al menos no cerca de aquí, podrían estar a unos kilómetros lejos — Puntualizó mirando una pequeña pantalla.

—Bien, no hay que bajar la guardia — Asintió Kim —¿Tienes municiones todavía?

—Si, tengo suficientes, aunque no creo que alcancen para cincuenta — Le miró preocupado.

—Si, espero que nos mande algo de apoyo — Sin más que decir, el par subió para reunirse con el resto del grupo.

—Esta era tu habitación — Seokjin abrió la puerta, dejando ver una gran pieza, muy similar a la que poseía actualmente.

Con pasos temblorosos el pelinegro se atrevió a entrar, en cuanto pasó el umbral de la puerta el oxígeno se hizo escaso, su respiración comenzó a hacerse pesada y su cabeza empezó a doler. No tenía idea del porqué, pero supuso que en ese lugar se había originado todo y se paseó por el lugar. Reparó primero en el baño, sucio y viejo por la falta de uso, aunque de un toque familiar, no había nada importante ahí; salió del lugar y volvió a la recámara, todo eso le parecía tan familiar que no tardó en sacar su cuaderno de dibujos y hojearlo, estaba seguro de que había dibujado algo como eso en el pasado, pero quería el lugar exacto que su sueño le había indicado. Pasó las hojas con desespero y sin tardar mucho lo encontró: era un clóset de madera clara con un espejo de lado derecho.

Através Del Espejo ◆YOONMIN◆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora