Através Del Espejo ◆YOONMIN◆

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«[... Una pregunta que tú debes haber oído a muchas personas: ¿Cómo puedes saber si en este momento no estamos soñando y todos nuestros pensamientos son un sueño, o si estamos despiertos y conversamos en estado de vigila?].

Platón, Teeteto. »

Yoongi despertó poco a poco, su mirada era borrosa, su cabeza dolía y entonces recordó lo sucedido en la madrugada, tuvo una crisis y Jimin lo había visto. Se incorporó poco a poco, sentándose en la cama, estaba un poco mareado, volteó a su lado derecho y se encontró con un Jimin sentado en el suelo mientras dormía, se veía incómodo.

—Jimin. — Llamó con voz adormilada. Jimin abrió los ojos de par en par. Sorprendiéndose de ver a su hyung.

—¡Hyung! — Corrió hacia él. —¿Cómo te sientes?

Yoongi se sintió culpable de haberle hecho pasar por eso en la madrugada. Jimin estaba genuinamente preocupado.

—Bien, mejor que hace unas horas.

—¿Por qué te pusiste así? — El menor tomó asiento junto a él. —¿Es por la migraña?

El pelinegro asintió, odiaba mentir.

—A veces me dan este tipo de ataques, pero es muy raro, hace tiempo que no me daba uno. — Le miró.

—¿Por eso llevas medicina contigo?

—Si, pero es por precaución, no pensaba que fuera a tener uno. — Se talló los ojos para aclarar su vista.

Jimin seguía preocupado, aun dudaba de si el pelinegro se sentía mejor, Yoongi extendió su brazo para alcanzar su mochila.

—¿Qué necesitas hyung? — Le miró.

—Tengo pastillas para el dolor de cabeza en mi mochila.

Jimin se levantó y fue hasta donde se encontraba su bolso, lo tomó y se lo dio al pelinegro. Yoongi sacó rápidamente los analgésicos que Jin le indicó que eran para el dolor, en caso de tenerlo. Ambos se quedaron en silencio después de eso, Yoongi no sabía cómo explicar lo que pasó y Jimin tampoco exigiría una.

—¿Hice bien hyung? — Volvió a hablar el pelirrosado. Min lo miró sin entender. —Haberte inyectado en vez de llamar a una ambulancia, dime ¿hice bien?

El mayor lo meditó un poco; si Jimin hubiera llamado a una ambulancia definitivamente Seokjin y sus padres se habrían enterado y lo más probable es que no le volvieran a dejar salir con Jimin nuevamente por miedo a una recaída, y agradeció a que el menor dio con la medicina correcta.

—Si, si hiciste bien. — Jimin sintió como si le hubieran quitado un gran peso de encima.

—¿No estas enojado? — Esa pregunta tomó por sorpresa al mayor.

—¿Enojado por qué?

—Por no haber actuado más rápido, parecía que te estabas muriendo y yo no sabía que hacer... Por un momento me quedé pensando acerca de lo que haría, me dio tanto miedo el que algo pudiera pasarte. — Por fin, la voz de Jimin se cortó después de eso y lloró.

Yoongi lo tomó en sus brazos rápidamente y le besó la frente con suavidad.

—No Jimin, no estoy enojado, discúlpame a mí por haberte hecho pasar esto tan desagradable. — Dicho le sonrió. Fue la primera vez que Jimin vio su sonrisa tan cálida y verdadera, dejando ver sus rosadas encías, la sonrisa más linda del mundo, pensó.

Jimin se le quedó mirando, como si fuera la obra de arte más hermosa y valiosa del mundo, perdiéndose en esa sonrisa para luego recorrer su rostro entero y detenerse en sus ojos, esos ojos que, aunque mostraran cierto misterio, le miraban con dulzura. Sus labios picaban, ansiaban el contacto del otro, ¿por qué? Ni él mismo lo sabía.