EXILED

15. La posesión.

A Calum le importó muy poco la sangre que había por todo el cuerpo de Florencia y deslizó sus brazos delicadamente, sin dejar de temblar, por debajo de su torso y sus piernas para cargarla. De su frente corrían gotas de sudor pero bajo sus ojos se deslizaban lágrimas de angustia. Podría jurar que hasta aquí oigo los latidos acelerados de su corazón, como si este quisiera salir abruptamente de su pecho.

Cuando la deja sobre el césped con temor de que algo más le pase, una leve luz se aproxima entre las hojas de los altos árboles, los tres no dejamos de examinarla con mejor detenimiento.

Su rostro pálido estaba arrugado como si aún le siguiera doliendo, tenía marcas en sus muñecas como si alguien la hubiera querido a obligar a hacer algo y tenía arañazos profundos en su abdomen; dos para ser exactos, que ya habían dejado de sangrar. Su largo cabello que recordaba, ahora estaba tan corto que llegaba tres dedos bajo sus orejas en una diferencia de tamaños en distintas partes. Tenía el labio cortado y manchas de sangre hasta su cuello.

—¿Está... respirando?—a Brisa le costó demasiado romper el silencio que se había formado con el llanto discreto de Calum. Y lo miré, estaba abatido con sus manos encerradas en un puño con extrema fuerza. Me pregunté entonces si el contacto de sus uñas con sus palmas estarían sacándole sangre. El chico era un desconocido para mí y Brisa, no obstante, lo sentía muy cercano. Me preocupaba por él, y creo saber lo que está sintiendo en estos momentos, así que tomé algo de valor y me arrodillé para acercarme a Florencia.

—¿Alguien tiene un espejo?—apenas se escuchó mi pregunta y Calum, con el entrecejo fruncido, rebusca entre sus bolsillos pero suspira decepcionado cuando no logra hallar alguno—, ¿Brisa?

—Sí, Artemis, porque no salgo de mi casa sin cargar conmigo un espejo por emergencias—contesta con ironía. Y Calum la mira mal e igual yo, ella se encoje de hombros.

Niego con la cabeza y acerco mi oreja a su nariz para poder escuchar su respiración pero es algo inútil y deprisa, ubico mis dos dedos en la parte superior de su cuello para sentir el latir de su corazón.

Me asusto por segundos hasta que lo siento. Y sonrío. Tomo a Florencia por los hombros y la agito ligeramente, llamándola por su nombre.

—¿Respira?—cuestiona Calum y asiento sin mirarlo, pues quiero que ella despierte—, ¿Flor?—susurra, acariciando la mejilla de la chica, con tanta delicadeza que parece como si estuviese tocando un cristal—, por favor despierta—y lo pidió con tanta tristeza en su voz que una oleada de recuerdos atacó mi mente sin avisar. Me paré de pronto y me alejé unos cuantos pasos.

Di gracias a que Brisa no me haya tomado mucha importancia, pues seguía viendo a Florencia con precisión. Me cercioré que ninguno de los dos me veía y choqué mi espalda contra un tronco y me dejé caer al césped. La noche del accidente, cual mi único recuerdo fue ese tonto sueño que siquiera es real.

Sentía que me ahogaba de pronto, de una manera que podía soportarlo y quise calmar mi angustia por el bien de todos. Recordé a Luke y volví a sentir aquella soledad que me inundó cuando desperté en el hospital después del accidente.

Algo dentro de mí no volvió a estar bien luego de eso.

Algo dentro de mí no está bien.

E intento cerrar los ojos y hacer como si no estuviera ahí. No sólo sentí que algo se rompió cuando "murió" Luke, sino, que algo también apareció: oscuridad. Hay una oscuridad dentro de mí que puede siempre haber estado ahí y no se presentó hasta hace meses.

Algo dentro de mi cabeza me empezó a decir a gritos que me apartara de Calum, Brisa y Florencia, que corriera al interior de la mismísima noche eterna de este limbo y encontrara algo relacionado con Luke, porque hay una pieza suelta en este lugar, lo sé. Algo dentro de mi cabeza quiso controlar esa oscuridad que tengo conmigo y me aterré.