6. El cambio.

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No me atreví a retomar la mirada, ahora al comprobado, Luke. Entendí que, tragándome mi orgullo, debía aceptar el hecho de que él se encontraba de vuelta. Que nada de esto era una utopía ni tampoco un sueño. Pero no me podían exigir que de la noche a la mañana asimile que mi mejor amigo no murió, sino que parece haber reencarnado en un cuerpo totalmente a lo opuesto de lo que era antes. Es algo que simplemente una persona no lo puede tragar fácilmente. Es algo que no pasa todos los días.

Un poco de comprensión, pedí.

Bonnie, todo lo contrario a mí, no dejaba de atisbar a Luke, quien no dejaba que sus sentimientos salieran a flote y persistía en tener su rostro tenso. Estaba recostado contra la pared con los brazos cruzados sobre su pecho y no despegaba sus ojos del suelo. Lo veía tan abstraído y cabizbajo que de sólo mirarlo de reojo me entraba la intriga de lo que pudiese estar pasando dentro de su mente. Subí la mirada para encontrarme con la de Bonnie y solté un suspiro.

—Nadie puede escapar de las líneas escritas del destino, cariño—declaró, colocando su mano llena de anillos y pulseras encima de la mía, como signo de querer tranquilizarme—. Artemis, tú tienes un destino muy distinto a las demás personas... Y lo tienes junto a él, de alguna manera u otra—me dijo, moviendo su cabeza en un escaso de segundo hacia donde se encontraba Luke y luego volviendo al mismo lugar.

—¿Cómo puede saber eso? Dijo que no predice el futuro—respondí, recordando sus palabras antes de entrar. Ella retiró su mano con cautela y siguió mirándome.

—Puedo sentir una relación sólida entre ustedes dos, una muy fuerte. No puedo decirles su futuro, pero tienen predicho un montón de problemas, lo siento—se lamentó con nosotros, y Luke se acercó.

—Usted se refiere... Que, uhm... ¿Habrá un cambio?—pregunté, titubeante.

—Artemis—me miró fijamente—. El cambio ya se dio. Y cariño, ¿has sufrido un accidente de pequeña?

—¿Qué? No, no que yo recuerde, ¿por qué pregunta?

—Hay algo en ti que no puedo comprender. Algo importante.

El lugar se atestó de un silencio abrupto. Parecí irme del lugar por un largo momento pues me sentía sofocada por tanta información en pocos segundos..., mi pecho se estrujó y mis manos comenzaron a sudar frío. Un escalofrió me hizo saltar en la silla cuando la mano de alguien recorrió mi espalda lentamente, con cuidado de hacer un movimiento en falso, como si tuviera miedo a que en cualquier momento me desplomaría. El sentimiento ya conocido empezó a envolverme completa y sentía mis piernas como bolsas de agua, aunque no estuviera parada.

Yo no quería esto, ¿por qué me estaba pasando esto a mí?

Luke yacía a mi lado, mandándome la mirada que tanto detestaba, la de: "todo estará bien". ¡Pero nada estaba del todo bien! ¿Cómo puede encontrarse tan tranquilo cuando yo estoy con los pelos en punta?

—Tienes que decírselo—de pronto habló Bonnie, pensé que me hablaba a mí por mis estúpidos sentimientos hacia Luke, pero cuando logré respirar y la miré, me di cuenta que no era a mí a quien se dirigía, sino a mi acompañante.

—Es muy pronto aún, además, aún no obtengo lo que necesito—negó con la cabeza. Separé mis labios preparada para preguntar de qué estaban hablando, pero Brisa entró con mi celular en su mano y todos le prestamos atención.

—Tu tía te está llamando—avisó, estirándome mi teléfono haciendo que me diera un golpe en la frente mentalmente. Había olvidado totalmente que mi tía Eirene llegaba hoy y que obviamente no había nadie en mi casa quien le abriera la puerta. Tomé el teléfono y me disculpé con Bonnie para retirarme de la sala, pero antes, no pude eludir escuchar lo último que dijo Bonnie.

EXILEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora