Capítulo 14

351 28 4
                                    

N/A: En este capítulo ya quedan resueltas algunas cosas y es algo más largo, así que espero que no haya quejas xD

Espero reviews para saber vuestra opinión :)
.
.
.
.
Después de un, más que increíble, fin de semana en París, ambos estaban de vuelta en Nueva York. Concretamente se encontraban sentados en un banco de uno de los principales pasillos de los juzgados, esperando fuera de la sala en la que se iba a celebrar el caso por custodia de Alexis.

Johanna y Martha se habían marchado a la máquina expendedora de café, pues todavía quedaban unos minutos para que el juicio se celebrase.

El escritor movía sus piernas con nerviosismo y tenía la mandíbula apretada. Kate le agarró la mano, entrelazándola entre la suya, tratando de tranquilizarlo. Él simplemente suspiró, como si con ese suspiro se fuesen a ir todos los nervios que lo invadían.

-Saldrá bien – le dijo ella, acariciándole con su pulgar la palma de la mano.

-No sé… Está ahora, reunida con el juez y el jurado… - volvió a suspirar y a agachar la cabeza.

Como Alexis era menor, no iba a estar presente en el juicio y por lo tanto ninguno de los abogados podría aturullarla a preguntas, sin embargo, el juez quería saber su opinión así que se había reunido a solas con ella y con el jurado, quienes valorarían y tendrían en cuenta la opinión de la menor. Eso, en opinión de Kate, era un punto a favor de Rick. Otro punto a favor era que el juez que les había tocado era el juez Markway. Tanto ella y Johanna, incluso Jim, lo conocían. Y no es que fuesen a utilizar su relación a su favor, sino que Markway era uno de esos jueces que de verdad buscan la justicia.

-Saldrás de aquí con la custodia de Alexis – le aseguró Kate – He estado repasando todo antes con mi madre, Meredith no va a conseguir nada.

-¿Crees que tardarán mucho más? – preguntó él, mirando hacia la sala. Alexis estaba allí dentro, pero ya había entrado cuando ellos llegaron, así que todavía no la había visto.

-No lo creo, el juicio empezará en unos minutos.

Rick apretó más la mano de Kate contra la suya y ésta le dio un suave beso en la comisura de los labios.

Cuando se separó de él, pudo observar cómo éste miraba con odio hacia el frente. Kate miró hacia ese mismo punto y vio a la que debía ser Meredith. Una mujer alta, delgada, y con el cabella liso y largo, pelirrojo, los miraba a ambos con una sonrisa de superioridad desde el otro extremo del pasillo. Vestía colores algo llamativos, en opinión de Kate, e iba acompañada de un hombre más bajo que ella, trajeado y con un maletín en la mano. Kate supuso que debía de ser su abogado.

Observó durante unos segundos a Meredith. Buscó en ella algún gesto que indicase nerviosismo, pero no lo encontró. Rick iba a intentar arrebatarle la custodia de su propia hija y, muy lejos de estar nerviosa, ella mostraba una gran seguridad en sí misma, además de la superioridad con la que les miraba. Kate se preguntó si de verdad tendría algún as en la manga, alguna estrategia para impedir que Rick ganase la custodia de su hija.

-¿Papá?

Una dulce y jovial voz la sacó de sus pensamientos. La puerta de aquella sala se había abierto y, tras ella había aparecido una niña pelirroja, casi una adolescente, pero todavía una niña. Kate se fijó en su tez pálida, igual que la de Meredith, sin embargo sus ojos eran azules, como los de Rick. Ahora mismo estaban brillantes, debido a las lágrimas.

El escritor soltó el agarre de la mano de Kate y se levantó. Alexis rápidamente corrió hacia él y ambos se fundieron en un abrazo.

-¿Estás bien calabaza? – le preguntó Castle tras separarse de sus brazos.

Las Leyes del Universo de BeckettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora