8. Lars

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Horas más tarde del ensayo, a las ocho de la noche más o menos, a James se le ocurrió la brillante idea de sacar cuanto más alcohol le fue posible de un mueble reservado sólo para las bebidas.
Después de los veinte primeros tragos empezamos a divagar un poco todos, las letras de canciones infantiles salían de nuestras bocas con facilidad y empezamos a imitar anuncios comerciales. De un momento a otro, James salió de la habitación y, minutos más tarde, regresó con un tanga de leopardo y un plumero en el pelo; me dio tanta gracia que tuve que correr al baño para no mearme encima. James había bebido literalmente el doble que todos nosotros, tenía fondo el chico, una botella de vodka a la mitad, dos cervezas y un vaso de cubata y todavía no vomitaba ni nada; eso sí, estaba insoportable.

—¿Quién quiere follar? —Exclamó el rubio con las manos extendidas y las piernas abiertas.

—Esto, James... —empezó a hablar Kirk rascándose la nuca— creo que deberías ir a la cama.

—Yo creo que también, tío, estás muy borracho —concluí yo, dándole la razón a mi amorcito del alma.

Nos fijamos en Jason, estaba mirando por la ventana mientras fumaba un porro, clavaba la mirada fijamente en la luna, que esa noche brillaba de forma anormal. Tenía los ojos llorosos y rojos, pero no supimos si era por la marihuana o por su estado de ánimo.

—Jason, ¿qué te pasa? —Preguntó Kirk delicado.

—Eso, estás distante.

—No, no os preocupéis, estoy bien, no me pasa nada —dijo, sin dejar de observar la luna de forma obsesiva.

—¿Qué coño le pasa a la luna para que la mires tanto?

—Nada, es sólo que brilla mucho hoy, ¿no creéis?

—Sí, brilla bastante, ahora que lo dices —le contesté, extendiendo la mano para que me pasase el porro y darle una larga calada.

Nos interrumpió James, que tras haber estado cantando algo inteligible y sin ningún tipo de fundamento, llegó saltando (intentando saltar) y chillando que quería la polla de Jase; éste, al oír esas palabras, se sonrojó y miró para otro lado.

—Lars, haz el favor de llevarte a este saco de patatas a su habitación, está dando mucho por culo —me pidió Kirk.

—Haré lo que me mandas, este ser es un estorbo... —suspiré riendo mientras señalaba a James con la cabeza.

Cogí a James por la mano y lo llevé a su cama, le obligué a meterse en ella y, después de forcejear un tiempo, cedió quejándose.

—O-ye Laaars, ¿tú crees quee teng-go alg-úun tipo de po-posibilidad coon J-Jasse?

—James, estás muy perdido, vete a la cama y mañana ya hablaremos... llevas mucho sin echar un polvo, ¿no?

—Q-que vaa, y-yo soy uun destrooyer.

—Sí, venga, ahora a dormir —suspiré mientras le acariciaba la mejilla y depositaba un beso de buenas noches en ella.

Cuándo llegué al salón vi a los otros dos tirados en el sofá, fumando y charlando de algo. Me acoplé en el medio de ellos y me fundí en la conversación, estuvimos fumando gran parte del tiempo, pero Jason parecía especialmente absorto. Sin venir a cuento, Kirk me atrajo hacia él y me empezó a besar lentamente; estuvimos así un buen rato, jugando con las lenguas e intercambiando saliva, él sabía a vodka negro y a humo, por cierto. Me cogió de la nuca y seguimos con el tan agradable beso, ignorando completamente al pobre Jase, que estaba mirando para el techo, fumando pensativamente. A Kirk debió de darle pena, pues, con una patadita en el brazo, llamó su atención y le tendió una mano para besarlo él; lo más increíble es que el otro le siguió el rollo. Yo estaba en el medio, o sea que pude ver como los otros iban cada vez haciéndolo todo más caliente. Dispuesto a interrumpirlos, pues yo también quería, me metí en medio y mis labios fueron a parar encima de los de Jason, que besaba estupendamente. Kirk empezó a besarme el cuello y a succionármelo mientras lo lamía, os juro que me excitaron demasiado sus labios y lengua recorriendo mi clavícula; no tardó mucho Jason en quitarme la camiseta y hacer lo mismo que él. Pero no paró ahí, el moreno bajó desde el cuello a mi entrepierna, pasando por mi abdomen, dejando húmedos besos, tenía la piel de gallina y un enorme bulto ahí abajo.

—Dios, nunca creí que iba a hacer esto —dijo Kirk a punto de bajarme el bóxer, mientras jugaba con la goma.

—¿Oye, alguna vez habéis hecho esto?—Quise saber yo.

—Acabo de decir que no, Lars. Pero, ¿y tú, Jason? —Jason dejó lo que estaba haciendo y se ruborizó, asintiendo con la cabeza.

—Ay Dios... estamos mal de la cabeza —dije divertido.

—Somos una panda de maricones —rió Kirk antes de bajarme el bóxer de vez y, tras un segundo de confusión, meterse mi masculinidad en la boca.

La verdad es que sentí una extraña sensación, como de inexperto; parecía un adolescente virgen a punto de follar con la más diva del colegio. Jason, por otra parte, seguía besándome el cuello y la boca, con delicadeza pero con deseo.

—Esto... esto es muy raro —habló Kirk, sosteniendo mi erecto amigo y examinándolo—. Jason, enséñame.

Acto seguido, un muy ruborizado Jason se arrodilló ante mí para quedar a la altura de Kirk, que le dio un corto beso antes de que él cogiese mi polla y se la metiera en la boca. Tengo que decir que eso ya era otra historia, Jason lo hacía mucho mejor: tenía más práctica y una buena técnica, entre tanto, yo soltaba gemidos y jadeos que hacían sonreír a Newkid. Unos minutos más tarde, el del pelo rizado, que había estado tomando nota, se dispuso a hacer lo que antes había intentando, esta vez con mucho más éxito. Me corrí al poco tiempo y Kirk se bebió todo el espeso líquido que manaba de mi entrepierna, excepto un hilillo que le caía por la comisura de los labios; me sentía verdaderamente satisfecho. Después, Kirk cogió a Jason por la camiseta y lo tiró en el sofá de golpe, se sentó encima suya y empezó a besarlo con fiereza y deseo, mientras, yo los miraba con expectación, mordiéndome el labio inferior y clavando la mirada especialmente en Kirk.

Jason se incorporó dándole a entender al otro que quería que le hiciese un anal, antes de nada, el moreno dudó unos instantes, pero después, convencido, se acercó al culo de Jason y... en ese momento... un somnoliento James llegó y gritó:

—¡¿Pero que cojones hacéis?!

Estábamos patidifusos y muy avergonzados, y lo único que supimos hacer fue apartar la mirada y vestirnos rápido.

Creo que tengo la enfermedad de no dejar que estos pobres hombrecitos follen a gusto, mis disculpas. ((Por favor, no critiquéis mi cutre/malo/asqueroso """smut""")).

Os quiero un poco de nada y ojalá os guste un poco este capítulo💜

Besos y Klars para todxs ❤️

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The Struggle Within... [Klars]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora