11. Kirk

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Capítulo dedicado a mi crush killergrows, para que pueda saltarse las partes que quiera y disfrute haciéndolo 7u7. 

Pasaron dos semanas de forma rápida como la espuma, y Jason se iba recuperando muy bien, a decir verdad. Se había acomodado en casa de James, con el que había entablado una preciosa y desconcertante amistad, y varias noches las pasamos los cuatro juntos, pues Lars y yo solíamos ir a ensayar y componer nuevos temas al piso del vocalista. Todo iba viento en popa, excepto mi relación con Rebecca; la seguía queriendo, y nos seguíamos viendo a menudo, pero tenía muchas dudas sobre nuestro futuro. Por lo menos Lars no estaba celoso o triste, porque entiendo que pueda pensar mal acerca de mi noviazgo, pero parecía conformarse con un beso de vez en cuando y algunas miradas amorosas que le dedicaba. Aún así, la idea de tener que contarle a mi pareja lo que sentía por el danés me carcomía por dentro, me daba miedo su reacción al decirle que me atraía más mi compañero de banda que ella.

—Lars, ven aquí —ordené mientras doblaba la ropa limpia—. Ayúdame, tengo que dejar a Rebecca, y no sé cómo hacerlo.

—¿Qué dices? —Hizo una mueca extraña.

—Lo que oyes, no puedo hacerle esto...

—¿Lo qué?

—Lars, ya lo sabes... —le miré a los ojos tan bonitos que le hacían tan especial— ¿no entiendes las ganas que tengo de que me folles?

—Calma, hombre —rió arrugando la nariz—, ¿en serio que quieres que te folle? —Puso una extraña pose que me resultó graciosa.

—Bah, déjalo —suspiré y le puse un poco más de énfasis a doblar la ropa para ignorar a Ulrich y hacerle impacientar.

—¿Y por qué nunca lo hacemos, si has dicho que quieres?

—Pues porque tengo novia.

—Pero ella no se tiene que por qué enterar —se acercó a mí peligrosamente, mordiéndose el labio inferior—, a menos que tú se lo digas.

—Uy, te veo venir... —esta vez yo di un paso y le miré a los ojos, provocándole.

No sé qué pasó, pero en cero coma ya teníamos los labios pegados y un gran beso entre nosotros. Me cogió de la nuca y yo de la cintura, para acercarlo más a mí y seguir besándolo con ansia, de un momento a otro abrí la boca y dejé que su lengua entrase en mi cavidad y propiciara agradables caricias a la mía, caricias que se fueron transformando en una batalla sin tregua. Mis manos fueron deslizándose hacia sus nalgas y le agarré el culo fuertemente, sobresaltándolo de esa manera. Había demasiada tensión sexual entre nosotros dos, ya no podríamos parar hasta haberlo terminado todo, así que dije:

—Vamos a la cama.

Me miró, asintió y, tras separarse de mi mordiendo mi labio, me cogió de la mano y subimos a la habitación. Una vez allí, Lars me tiró a la cama y se sentó encima mío, haciendo que yo soltara un gruñido y me relamiera los recién besados labios. El enano atacó sin piedad mi cuello y dio comienzo a una obra de arte hecha con chupones en él, en ese momento no me preocupó nada la marca que quedaría el día siguiente, para ser sinceros. Estaba muy excitado y se notaba ya en mi entrepierna, a la que el otro bajó la mano y apretó ligeramente, uf, me estaba prendiendo demasiado. Lars sacó la mano de encima de mi pantalón y la puso en mi cara, para besarme con deseo y, después de esa maravillosa batalla de la que nuestras lenguas formaron parte, me quitó la camiseta y se dispuso a repasar todo mi abdomen y tórax con su boca; hasta que bajó y se topó con mis pantalones. Subió la cabeza un poco y, tras dedicarme una lujuriosa mirada, desabrochó mi pantalón, me lo sacó, y se dispuso a meter su mano dentro de mi bóxer y propiciar mimosos roces a mi parte íntima.

—Ahh —solté yo, que no podía esperar más—, quítalo ya.

—Espera, tiempo al tiempo...

—Ahhh, Lars, joder...

Entonces, él se dispuso a acelerar sus movimientos y a hacerlo todo más intenso. Cuando lo vio oportuno, se deshizo de mi ropa interior y me hizo una seña para que me pusiera de pie, pero apoyado en la cama. Cogió un cojín, lo tiró en el suelo y se acomodó de rodillas en él, en frente de mí. Con una mano, agarró la base de mi virilidad y se la acercó a la boca, pero antes de metérsela, la relamió todo lo que quiso y, al oír mis peticiones, por fin la introdujo en su abertura.

(...)

A punto estábamos ambos de llegar al clímax, él, dentro de mí y yo gimiendo y respirando fuertemente, soltando ruidos, gruñidos y todo tipo de sonidos que me salían del alma, agarrándome a las sábanas con todas mis fuerzas. Lars incrementó la velocidad de sus embestidas y yo sentía como si fuera a estallar de un momento a otro.

(...)

Exhaustos. Ese es el término para describir cómo quedamos tras el acto. Exhaustos. Apoyada mi cabeza en el pecho del otro, podía sentir su fuerte, pero que se atenuaba a cada paso, respiración; la verdad, era muy relajante sentir su pecho elevándose y la palpitación de su corazón. Le cogí una mano suavemente y empecé a jugar con ella, acariciándola con cariño y dándole besitos en los dedos (no sé por qué pero esto me pareció muy tierno).

—Lars, me estoy enamorando de ti.

Miré su rostro y comprobé su reacción; estaba feliz como una perdiz y tenía los ojos vidriosos. Me incorporé un poco sobre la cama y le di un suave beso en los labios, probablemente el beso más sincero y bonito que haya experimentado en mi vida entera, fue un acto de "amor puro". En esos momentos me encontraba en la gloria más gloriosa del universo.

—Kirk, vallamos a dormir ya.

—Claro —bostecé—, hasta mañana.

—Hasta mañana —me susurró mientras se abrazaba a mí y nos metíamos entre las mantas.

Nos quedamos dormidos en poco tiempo y, probablemente, dormí las mejores horas en varios años. Me sentía querido y deseado, me sentía bien.

Pero todo lo bueno se acaba, y esa maravillosa noche acurrucado con Lars pasó en un tris. Me desperté a causa de los rayos del sol, que se colaban por la ventana e incidían directamente sobre mis ojos, lo que era bastante molesto. Como el otro seguía durmiendo, cual anciana marmota, yo decidí sacar un libro y explorar en él, recostado en el cabecero de la cama; mis minutos de lectura fueron escasos, pues veinte minutos más tarde alguien llamó al timbre, provocando que Lars se despertara de un sobresalto.

Miré por la ventana, era Rebecca, que llevaba una gran maleta y varios papeles en las manos. El equipaje me dio mala espina, y deseé con todas mis fuerzas que no viniera a quedarse "unos días" en mi casa. Bajé a abrir la puerta principal y me encontré con mi novia, un tanto llorosa y con expresión triste; lo que me faltaba.

—Tenemos que hablar —dijo, sin molestarse en saludarme.

—Claro, pasa —le indiqué con un gesto que entrara en casa—. ¿Qué es lo que pasa?

Definitivamente, no sé hacer smut 😢, por eso lo corté a medias. Espero que os haya gustado algo, mis beibes.

Por cierto, estoy super happy porque encontré un video de MetallicA tocando con Jimmy Page, entre otros músicos. Lo dejo aquí por si queréis verlo:

En realidad me partí el culo con el vídeo 😂😂.

The Struggle Within... [Klars]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora