Narra Samuel
Siempre es lo mismo, recorro pasillos largos y angostos, oscuros como una cueva. El sonido de mis pasos hace eco contra las paredes, no sé dónde estoy, no sé cómo llegue aquí, tampoco como salir. El sonido del goteo de una llave abierta en la lejanía aviva mis nervios, miro por encima de mi hombro cada dos pasos, verificando que alguien, o algo, no me siga. No sé qué clase de cosas puede haber al cruzar en el próximo pasillo, pero si no avanzo no encontrare una salida.
Camino y camino sin rumbo, perdido y angustiado, comienzo a desesperarme, golpeo las paredes, pateo el suelo, maldigo al aire, todo sin sentido alguno, nada de lo que haga me ayudará a encontrar el camino de vuelta a la luz... oigo pasos, se mueven detrás de mí, no. De frente, tampoco. Alguien me rodea, me acorrala, ¿querrá ayudarme... o querrá lastimarme? No pienso quedarme a averiguarlo. Reúno las fuerzas que me quedan y obligo a mis piernas a que corran en cualquier dirección lejos de lo que sea que me acecha, pasillo tras pasillo, todos oscuros, todos van quedan atrás. Simplemente corro huyendo de lo que sea que me acecha. Una luz, al final del pasillo me ciega, corro en dirección a ella jadeando, forzándome a llegar hasta ella. Mientras más me acerco menos logro percibir que hay frente a mí, pero sigo avanzando esperando hallar la salida de este lugar.
Cuando creo estar cerca de esa misteriosa luz me estrello de frente contra algo, caigo al suelo de golpe, la luz que antes me cegaba desaparece y en su lugar una figura oscura, delgada y tenebrosa se manifiesta, la he visto antes, o por lo menos creo eso, no sé si esto es un sueño o la realidad, ya no diferencio entre ambos mundos. Mientras divago con mi mente, la extraña figura avanza hacia mí, de forma pesada y tortuosa arrastra los pies y baja su cuerpo para quedar a mi nivel en el suelo. El silencio en estos pasillos es tan denso que puedo oír el calmado palpitar de este sujeto en contraste con el mío que esta acelerado y descontrolado.
—Se acabó—susurró en mi oído para volverse a levantar y caminar en la dirección que yo había venido.
¿Se acabó? No lo entiendo, no sé puede haber acabado, no. Yo... estaba tan cerca. Me falta el aire, ya no estoy apoyado en el suelo... no estoy apoyado en nada. Estoy bajo el agua, esto definitivamente es un sueño, más que eso, es un recuerdo. El agua comienza a entrar en mis pulmones, todo comienza a oscurecerse. Efectivamente, se ha acabado.
El sonido de la alarma invade el silencio de mi habitación, despierto de un salto, exaltado por ese misterioso sueño, ¿por qué sueño lo mismo cada noche? Corro y corro por pasillos, me estampo contra aquel sujeto y me ahogo No sé qué mierdas signifique, pero ya me estoy acojonando. Me siento al borde de la cama mientras restriego mis ojos, entonces me percato que mis sábanas están mojadas, incluso hay rastros de algas, ¿qué demonios está pasando aquí? Recojo las sábanas mojadas para lavarlas, el sonido de un objeto metálico cayendo al suelo se escucha, cómo si un dije o medallón hubiesen caído al suelo. Observo el viejo suelo de madera de roble, algo brillante sobresale. Me agacho y tomo lo que parece ser un medallón con algo inscrito en el, parece ser latín, las letras están algo gastadas pero logro leer "Custodem Daemon". Mi latín no es el mejor en el mundo, pero Daemon tiene algo que ver con demonio, de eso estoy seguro. Decido pasarlo por alto y lo guardo en mi bolsillo, seguramente es alguna de las baratijas de Teo, mi mejor amigo, que siempre deja tiradas por mi habitación. Salgo al pasillo en silencio para no despertar a papá, seguramente volvió a pasar la noche en vela escribiendo su sermón, bajo las escaleras para ir al cuarto de lavado, mi madre solía decir que la ropa dice mucho de ti, así que es mejor siempre estar pulcro y brillante todo el tiempo. Las cosas han cambiado tanto desde que ella no está.
Dejo las sábanas en el ciclo de lavado rápido, me visto con ropa de deporte y tomo mi iPod para salir a correr, al salir de casa enciendo la música a todo volumen y voy en dirección al bosque. Cualquiera pensaría que correr en el bosque tan temprano es una locura, pero es la mejor hora para no ser interrumpido. El trayecto de casa al bosque es corto, las antiguas casas de madera por toda la calle parecen sacadas de una película de terror, las anaranjadas hojas de los arboles yacen en el suelo, ha llovido durante la noche, así que están húmedas y no crujen al pisarlas. El otoño siempre será mi estación favorita.
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Mysterium (Wigetta)
FanfictionEl amor es una de las cosas más raras y peligrosas. Pero eso no es todo en la historia. El peligro de una muerte latente y un monstruo al acecho harán que en la mitad de esta entrega las cosas se vayan poniendo más interesantes. Tanto Samuel como su...