Capítulo 10: El viaje

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Narra Samuel

A través de los árboles empezó a verse el cielo tornándose de un color rojizo, era señal del sol levantándose en el alba, llevábamos poco menos de una hora de viaje por aquel camino que parecía interminable, los árboles al borde de la carretera de tierra cada vez se hacían menos, estábamos saliendo del bosque, dejando atrás todo lo que conocía, mi pequeño mundo que había sido amenazado. Ahora estaba buscando una solución a mis problemas en un lugar que no conocía, con alguien que no sabía si iba a encontrar, me estaba guiando sólo por una aparición de mi madre; mi vida había cambiado tanto desde su muerte, me sentía perdido en este inmenso mar que es el mundo, y no parecía haber manera de encontrar mi rumbo.

Guillermo permanecía callado con especial cautela al camino, parecía conocerlo o quizás le recordaba a algún lugar donde había estado; había tantas cosas que yo no sabía de él. Yo no encontraba las palabras para explicarle que hacía en ese momento que me encontró o que iba a hacer en ese lugar concretamente, las palabras simplemente no las había, yo tenía preguntas, pero él tendría más y no sabría responderlas. El sol me pegó justo en los ojos cuando dejamos el bosque atrás, antes parecía infinito, pero como todo, tiene su final. Bajé la ventanilla para ver mejor el paisaje, las montañas se elevaban hacia el cielo y las praderas vírgenes cubiertas de nieve brillaban con la primera luz de la mañana, no había rastro alguno de actividad humana en este sitio, lo único que nos decía a donde ir era la extraña carretera que se extendía sin fin hacia adelante. Le pedí a Guillermo que se detuviera un momento, ante tal petición me miró frunciendo el ceño, pensando en que podría hacer si me bajaba del coche, pero finalmente lo hizo sin hacer muchas preguntas.

Bajé del auto y camine unos cuantos metros hacia la pradera, a lo lejos pude ver un venado, atento a mis movimientos, esperando que diera un paso en falso para huir, creía ser la presa de alguien y que este no sería el día que lo atraparán, así me sentía yo también, como aquel animal indefenso que alguien quiere cazar. Voltee a ver a Guillermo, se había bajado del auto y se apoyaba en el techo del auto, el contacto de su piel con el metal frío le incomodaba, incluso con aquel jersey de lana que llevaba se podía sentir el mental enfriado por las bajas temperaturas, su exhalación, convertida en vapor, me decía que si respiraba, sus ojos se veían negros como el azabache, su mirada era la de un depredador al acecho, no era humano, él era otra cosa y lo veía en su rostro, él me lo decía sin decirlo ni pensar en ello, pero ¿que era él? No me lo diría ni que su vida dependiera de ello, tendría que averiguarlo por mis propios medios, tal vez nunca lo descubra y aunque lo haga, él lo negará, dirá que es humano, como yo, pero ambos sabremos que eso no es cierto.

El silencio en aquella pradera era abrumador, pero era lo que necesitaba. Mi madre había dicho que escuchara el sonido de los lamentos, pero ¿cómo eran? Un lamento es la tristeza convertida en sonido, ¿dónde podría haberlos escuchado antes...? Mi abuelo lloraba en el funeral de mi madre, él era un hombre corpulento, al que jamás esperas ver llorar, ese día había colapsado al ver a su pequeña hija sin vida dentro del féretro y años de lágrimas contenidas habían cedido, no lo volví a ver más desde ese día. Mi abuela permanecía en silencio, lo único que decía era que se arrepentía de haber sido tan dura con ella, de no haber estado más en su vida, no había soltado una lágrima, ni en el velorio ni en el entierro. Entonces me di cuenta de algo, los lamentos pueden ser tan silenciosos como una brisa, o tan estruendosos como un rayo, no había una forma clara de escucharlos o percibirlos.

Me mantuve en silencio, observando en todas direcciones hasta que le pregunte a Guillermo.

— ¿Cuál es el sonido de un lamento? –le dije, entrecerrando mis ojos por la luz del sol mientras me volvía a él. Su rostro formó una expresión de perplejidad y desconcierto, estaba pensando de forma profunda en algún lugar y lo saque de ahí.

Mysterium (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora