Capítulo 6: El don de ver

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Narra Samuel

Allí estaba yo, recostado en la cama de mi mejor amigo mientras él me decía que gritaba entre sueños el nombre de la única persona de la cual que no quería saber nada, me resultaba poco creíble que eso sucediera, pero si él lo afirmaba, debía ser cierto.

Desde que apareció en mi vida parece que los problemas jamás desaparecen, no sé si están ligados a él o simplemente son simples coincidencias, pero este desgraciado medallón no hace otra cosa que molestarme, quiero quitármelo, sí; eso deseo, pero hay algo que me dice que de hacerlo aquellas pesadillas pueden regresar, o tal vez cosas peores puedan pasar si llego a quitármelo, no quiero llegar a averiguarlo.

Después de un largo rato deje la casa de Teo, ya era algo tarde y aquel sueño no dejaba de acrecentar mis temores al caminar de noche por la vacía calle, en ese momento el recorrido pareció eterno, ahora fue totalmente distinto, sin sensaciones extrañas, sin escalofríos, una caminata normal bajo el cobijo de una noche de otoño. Cuando entre a casa, Marie estaba sentada frente a la chimenea leyendo su libro de poemas de Edgar Allan Poe, una reliquia que le fue obsequiada por su padre antes de dejar su natal Francia y venir aquí a Fort Forest, al verme cerro el libro dejándolo a un lado, su rostro denotaba molestia, lo único que conseguiré es un regaño.

— ¿Dónde estabas? Me tenías preocupada – si en verdad lo estaba ¿por qué leía plácidamente un libro?

—Fui a casa de Teo y me quede dormido – la verdad ante todo.

—Bueno, ve a la cocina, te deje un poco de estofado – algo que de verdad amaba de Marie era su manera de dejar atrás los problemas con un plato de deliciosa comida – ah, por cierto. Un chico llamado Guillermo estuvo buscándote, le dije que no estabas y se fue sin decir más ¿lo conoces? – ¿él había venido a mi casa? ¿Cómo es que sabe dónde vivo? Y lo más importante ¿por qué me buscaba?

—Sí, es un compañero de clases. Tal vez quería pedirme mis apuntes – mentí

— ¿Y por qué él no tiene los suyos?

—Ha estado enfermo y falto estos días a clase, quizás quiere ponerse al día – jamás pensé que llegaría a mentir por Guillermo.

Marie dejo de preguntar y comí en paz, lave mi plato y subí directamente a mi habitación a descansar, tenía el presentimiento que este sería un fin de semana largo. Me senté en mi ordenador para revisar mi correo, pero no había más que basura, exceptuando un correo que provenía de un remitente misterioso que de alguna manera logro saltarse el filtro de spam y terminar en mi bandeja principal. La dirección de dónde provenía el email era samuelwants@answers.com resultaba atemorizante que la persona que lo había enviado supiera que quería respuestas, pero podía ser una broma de mal gusto también. Abrí el mensaje que decía lo siguiente:

"Si quieres respuestas encuéntrame mañana en el bosque durante el alba, por el claro cerca del roble torcido con forma de anciano"

—El roble torcido con forma de anciano – repetí en voz alta, aquel árbol era considerado como algo maldito, nadie se acercaba a él ni aunque fuese necesario, todos aquellos que lo tocan o intentan cortarlo sufren de inmensas desgracias ¿a quién se le ocurriría encontrarse ahí? – A alguien que tiene respuestas sobre un medallón demoniaco – me conteste.

Apague el ordenador y me fui a la cama, no tenía intención de acudir al encuentro, seguramente era alguna clase de broma pesada. Poco a poco el sueño me venció.

Desperté de golpe cuando sentí que era arrastrado fuera de mi cama por algo, cuando abrí los ojos aún era de noche y no había nadie en mi habitación, pero aún sentía como era empujado hacia la puerta por alguna fuerza misteriosa, me puse de pie intentando entender que era lo que estaba sucediendo, pero algo seguía empujándome, hasta que me di cuenta que era el medallón quien lo hacía, seguramente trataba de decirme que fuera a algún sitio, esta vez no dejaré que me domine. Hice fuerza en dirección contraria, pero era mucho más fuerte que yo, no, el medallón no estaba haciendo fuerza, estaba controlándome y estoy luchando conmigo mismo para no ir a donde quiere que vaya.

Mysterium (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora