Capítulo III

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— ¿Eh?

No podían culparlo por quedarse tan perplejo ante lo que estaba viendo. Cuando se reincorporó un poco y quedarse sentado observando con sus ojos bien abiertos al lobo que se engullia el contenido de un frasco con una felicidad rebosante, tanto que podría jurar que veía un aura de flores cubriendo al lobo que hace pocos segundos estaba por matarlo.

« La canasta... » teniendo un poco más de claridad se dió cuenta de que el lobo se encontraba cerca de la canasta que había llevado consigo, que por la caída no sabía dónde se encontraba. De la canasta se asomaban otros frascos iguales al que tenía el lobo en sus manos.

— ¡Delicioso!... ¡Delicioso! – no paraba de decir lo mismo el lobo de cabellos celestinos. — ¡Quiero más pudín! ¿Tienes más King Pudding? – se volteó preguntándole con tal entusiasmo a su ex presa que seguía tan aturdida que no sabía con exactitud qué decir. — ¡Hey! ¡¿Me estás escuchando?! – elevó más la voz logrando que el otro se sobresaltara.

— S-si... – soltó una débil afirmación por la prisa, no podía estar seguro si estaba bien conversar con una de las criaturas más peligrosas de los bosques.

— Que bien. Ahora dime, ¿tienes más King Pudding?

— ¿Qué cosa...?

— ¡Estos! – le volvió a gritar extendiendo su brazo y mostrarle el frasco que tenía en la mano con el dibujo de un pudín en el medio. — ¡King Pudding! ¡El King Pudding es genial! ¿Tienes más de estos? – le seguía preguntando comenzando agitar el frasco de un lado a otro.

No tenía idea de que era lo que había traído en el interior de la canasta, pero le parecía que eran los mismo frascos que se asomaban por la canasta volteada. Para que el lobo no se haya dado cuenta de ella era porque estaba demasiado concentrado comiendo del pudín, por lo que sólo atinó a señalar con duda hacía la canasta haciendo que el lobo volteara su cabeza y se dirigiera a esa dirección.

— ¡Genial, hay muchos aquí! – exclamó con alegría para comenzar a comer inmediatamente otro de los pudines mientras colocaba la canasta entre sus piernas dobladas y movía su voluptuosa cola de una lado a otro demostrando lo feliz que se encontraba comiendo de ese postre.

El lobo feroz y hambriento que se había encontrado ahora parecía un cachorro inofensivo.

— Esto... ¿Está bien que pregunte si ibas a comerme? – se atrevió a preguntarle al lobo que le ponía atención sin parar de comer el pudín.

— Eso iba a hacer... Pero el pudín es más delicioso. – Respondió sin apartar la mirada. — Me gusta la carne, pero no me gusta matar... Últimamente no he encontrado muchos frutos por los alrededores, por lo que estaba agonizando y por instinto te ataqué.

— Ya veo... « Por instinto dice... Significa que no había comido en días. ¿Se estaba aguantando? Dijo que no le gustaba matar. ¿Enserio los lobos son criaturas peligrosas? » ¿Eres un lobo, cierto?

— Hm. – le afirmó con un sonido de su garganta ya que tenía la boca llena. — ¿Que tiene que lo sea? – le preguntó después de haber tragado.

— No... No es nada. Sólo que es la primera vez que veo uno. – Dijo en un tono suave, ya que pareciera que el lobo se había molestado.

— ¿Enserio? Que raro que no hayas visto nunca uno. Aunque... yo tampoco he visto otros como yo en mucho tiempo. Así que supongo que está bien que no los veas seguido. – La forma vaga de hablar del lobo le causaba cierta gracia que no pudo evitar soltar una risa. — Humanos he visto muchos, pero jamás me había acercado tanto a uno. ¿Eres un humano, no?

— De eso no hay duda. – Dijo ya algo más tranquilo. — ¿Por qué no ves seguido a otros lobos? Para nosotros es difícil verlos a ustedes, pero no sabía que también era difícil encontrarse entre los lobos...

— No es eso... Los lobos tenemos un gran olfato, por lo que podemos encontrarnos a distancias increíbles. Sin embargo, salimos huyendo por la fuerza de la magia que se concentra en estos bosques.

— Magia...

— Somos débiles a la magia, hechizarnos es muy sencillo. – Seguía hablando el lobo pero esta vez dejando de lado el pudín. — Podría estar con los demás pero estoy buscando a alguien. – Dijo lo último con cierta seriedad, dejando de mover su cola.

— ¿Buscas a alguien? Yo también estoy buscando a algui... en... – Iba a seguir sin parar la oración, pero una idea pasó por su cabeza que lo obligó a detenerse unos segundos. Cuando ya se recompuso tomó en sus manos la canasta con los frascos de pudines restantes, dejando una cara preocupada al lobo. — ¿Ambos buscamos a alguien, cierto? En ese caso podríamos viajar juntos para encontrar información más fácilmente, ¿no crees?

— ¿Estás seguro? Te recuerdo que soy un lobo... – Dijo el lobo no muy convencido.

— Si me acompañas te daré más de estos pudines. – Dijo el humano moviendo un poco la canasta haciendo que las orejas del lobo se levantarán. Como su plan estaba saliendo como quería prosiguió aunque los nervios le mataran. — Soy Osaka Sougo, un gusto. – Estiró uno de sus brazos y ofreció su mano al lobo en modo de saludo y a la vez para terminar el trato.

El lobo observó por unos largos segundos la mano de Sougo sin dejar su estado de alerta. Pero terminó cediendo porque lo que le decía tampoco era de alguna forma malo, por lo que tomó la mano de Sougo y la estrechó.

— Yotsuba Tamaki.

ღLoneliness with youღ 【Mezzo】➵ Idolish7 ❣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora