ღLoneliness with youღ 【Mezzo】➵ Idolish7 ❣

Capítulo II

— ¡Duele!

Lo desconocido le había saltado encima, obligandolo apegarse nuevamente al suelo lleno de hojas.

Luchaba por soltarse de lo que sea que tuviera encima atacandolo. Sus nervios le traicionaban por lo que no podía aplicar toda su fuerza, su corazón latía con tal fuerza que sentía su pecho se apretaba cada vez que bombeaba. Con algo de suerte logró abrir por completo sus ojos para ver a su atacante.

El rostro de un chico, cabello largo y... orejas sobre la cabeza.

¿Era un animal? Pero si tiene el rostro de un chico. ¿Un vampiro? Tiene colmillos pero las orejas dicen otra cosa. ¿Alguien disfrazado? ¿Por qué alguien que estaría disfrazado intentaría comerlo?

Por milésimas de segundos, recordó las historias que había escuchado alguna vez por los pasillos del castillo.

En los bosques de los alrededores vivían criaturas que no se atrevían a mostrarse ante los humanos. Algunas inofensivas, otras peligrosas. Algunas extraordinarias y otras muy extrañas de ver.

Y de esa última selección es la que tenía justo frente a sus ojos.

Entre las razas más peligrosas y muy difíciles de encontrar... Lo que intentaba con desesperación morderlo... era un lobo.

Su suerte le había traído a un lobo hambriento y lo más probable era por haber huido de su hogar. ¿Será el castigo por intentar hacer lo que quería? ¿Moriría ahora mismo?

Ya no le quedan fuerzas, la caída del barranco le podría haber afectado. No podía liberarse, era su fin.

Cuando dejó de hacer fuerza el lobo le sujetaba las muñecas pero no le mordió. Había comenzado a olfatear, provocándole escalofríos cerca del cuello. ¿Se estaba asegurando de que su presa estuviera lista? No podría saberlo. Pero la espera por morir le estaba siendo tortuosa, ya se había resignado y que el lobo no se lo comiera rápido le provocaba incluso más nervios.

El lobo le seguía olfateando y cuando menos se lo hubiera imaginado...

Lo soltó.

Su mente estaba demasiada estresada como para reaccionar. Se quedó mirando hacia el cielo como cuando recién había despertado, sólo que está vez no se atrevía a moverse. ¿A dónde había ido el lobo?

— ¡Delicioso! ¡Hace años que no probaba esto!