ღLoneliness with youღ 【Mezzo】➵ Idolish7 ❣

Capítulo V

Ya habían caído varias noches donde Sougo comenzaba a aprender un poco como era vivir fuera de su hogar, le divertía y alegraba. Esa era la libertad que había estado buscando.

La compañía de Tamaki era agradable... sólo a veces, puesto que el lobo tenía un carácter cambiante. A veces se burlaba todo el tiempo o se enojaba por las preocupaciones de Sougo. Sólo debía seguir acostumbrándose, aún era pronto para decir si realmente le gustaba estar con él.

Pero cambiando el tema, ya había un asunto que estaba intranquilizando al de caperuza roja.

— Escúchame un segundo Tamaki-kun sin subirte al próximo árbol, por favor. – Rogó al verse ignorado ya cinco veces porque Tamaki se subía a las copas de los árboles sin decirle nada de lo que hacia. — Llevamos días y noches intentando encontrar el río que mencionaste. Será mejor que me digas si estás perdido para poder ayudarte.

— ¡No estoy perdido! – respondió con brusquedad el lobo que se había sentado en la rama de un árbol cercana al suelo para que Sougo lo viera. — ¡Siempre te estás quejando, Sou-chan!

— No me estoy quejando... Sólo me resulta extraño que aún no lleguemos al río que supuestamente estaba cerca. Sólo eso.

— ¡Ya te dije que los lobos somos vulnerables a la magia!

— ¿Magia...? ¿Te hechizaron, Tamaki-kun? – interrogó Sougo al resultarle algo extraño ese comentario ahora.

— No estoy hechizado... La magia está en el aire y hace que pierda el sentido. – Intentó explicar el lobo golpeando con una de sus manos el tronco del árbol donde se encontraba.

— Ya veo... Subes a los árboles para ver si puedes escapar por unos segundos de la magia...

— Si, eso. Te costó darte cuenta, Sou-chan. Pensé que yo era el tonto.

— ¡¿To-tonto?! – se indignó el de caperuza roja ante el comentario. Podría escuchar eso de cualquier otra persona, pero no le hacia feliz que lo dijera Tamaki. — ... Tamaki-kun... Si no me dices lo que haces no te voy a entender. Soy un humano, no tengo las mismas costumbres que tú. Jamás podría subir a un árbol tan rápido.

— Y mucho menos con el tobillo adolorido. – Le cortó Tamaki al bajar de un salto del árbol. — ¿Debería cargarte?

No importa cuántas veces lo intentara, no podía saber que pensaba Tamaki. Se había dado cuenta que estaba pisando mal con uno de sus pies a pesar que intentaba no ser notorio.

— No te preocupes... Estoy bien.

— ¿Seguro? Soy un idiota, así que si no me dices lo que te pasa no voy a entender. – Le dijo Tamaki más cómo exigencia que un sólo comentario, pero la sonrisa que recibió de Sougo lo hizo callarse.

— Si, estoy bien. – Volvió a decir Sougo, girando para volver a tomar rumbo. — Vamos, te ayudaré a encontrar el camino. Así que no te preocupes--...!

Sin embargo, Sougo no alcanzó a dar dos pasos porque se había tropezado con la raíz del mismo árbol donde había estado hace un rato Tamaki, quién alcanzó a sujetarlo por la capa.

— Eres un pésimo mentiroso, Sou-chan. – Contestó el lobo soltando un suspiro de fastidio mientras Sougo sólo atinó a reírse por su descuido. — ¡Oh! – exclamó de repente Tamaki mirando atentamente entre la inmensidad de los árboles que tenía al frente.

— ¿Sucede algo, Tamaki-kun? – le preguntó Sougo acomodándose su capa de color rojo.

— Si fuiste de ayuda. – Repuso Tamaki. — Ya encontré el río.