ღLoneliness with youღ 【Mezzo】➵ Idolish7 ❣

Capítulo XIX

Estaba dispuesto ensuciarse las manos sin control, sin vergüenza alguna, solamente rabia, venganza recorría por su sangre hirviente. Clavar sus largas garras en algún punto vital era su mayor cometido. Sin embargo... Eso no fue posible.

Había saltado hacia su presa, pero ni siquiera se le acercó un centímetro. Yamato lo había atrapado en el aire, dejándolo flotando sin dirección alguna.

— Espera Tama. No te precipites, no eres un lobo sanguinario.

— ¡Bájame ahora! ¡Ese de ahí es el secuestrador! ¡El mató a Sou-chan!

— ¿Secuestrador? ¿Yo? –seguía preguntando el extraño sin comprender nada, auto señalándose cuando lo llamaron secuestrador–.

— ¡Cállate! ¡Sabes de lo que hablo, maldito! –vociferaba el lobo completamente fuera de sí intentando acercarse como podía–.

— ¿Su lobo tiene problemas de rabia? Puedo buscar algo para aliviar eso.

— ¡No me ignores maldito canalla!

Que estaba pasando. ¿Por qué no lo dejaban hacer justicia por Sougo?

— Creo que la necesitaremos –siguió el juego el hada, recibiendo una feroz mirada por parte de Tamaki–. Cálmate Tama, lo conozco. Tsunashi Ryuunosuke-san... ¿no?

— Ah, si. Ese soy yo –contestó el hombre con todas las características que se habían nombrado muchas veces con anterioridad, exceptuando por cierto detalle que el hada había notado–.

— Chicos, Sou nunca fue secuestrado –declaró ante todos–. Y menos por un vampiro.

¿Qué?

— ¿Qué estás diciendo? –preguntó el lobo flotando al igual que el hada pero sin control, por lo que estaba de cabeza y miraba hacia todos sin entender nada–.

— ¿No es un vampiro? –secundó Mitsuki asomándose detrás de Nagi–.

— Soy todo menos un vampiro –aclaró el llamado Tsunashi Ryuunosuke–.

— ¡¿Y por qué Sou-chan está muerto?!

¿Qué importaba si era un vampiro o no? ¡Ese tipo de la cicatriz había sin duda matado a Sougo! No importaba que fuera, Tamaki quería sangre.

— ¿Sou-chan...? Ah, hablas de Sougo-kun. Él no está muerto-- digo, si lo está pero no –dijo el extraño muy nervioso–.

— ¡No te entiendo! ¡¿Está o no está muerto?! ¡¿Por qué lo dejaste así?!–Tamaki no paraba de gritarle al –para él– extraño, le cabreaba que estuviera tan tranquilo. Más cuando se le acercó y acarició la cabeza–. ¡No me toques bestia erótica! –no logró ponerle las manos encima porque lo esquivó. Flotar no era nada fácil–.

— ¡¿Bestia erótica?! –el llamado Tsunashi Ryuunosuke se notó herido con tal comentario–. ¿P-podemos hablar en la sala? No es bueno que haya tanta gente al rededor del cuerpo –se recompuso entendiendo la furia del lobo, comenzando a salir de aquella habitación–.

— ¡¿Hablar?! ¡No te estoy pidiendo hablar! ¡Yo quiero respuestas! ¡Hey, vuelve aquí mounstro!

— Tama, también eres un mounstro –repuso Yamato, tomando el pie del inexperto en flotar y arrastrarlo hacia la sala–.

Nagi bajó el arma y la guardó en su lugar, pero no dejó que Mitsuki caminara por delante de él.

— Dejé el té de canela calentando mientras iba a buscar leña –decía el de la cicatriz apenas llegaron al salón y los chicos que caminaban tomaron asiento–. ¿Les gustaría una taza? –ofreció parado en una de las puertas que daba hacia la cocina–.