Cuando era una pequeña niña, su madre no entendía por qué solía desesperarse tan rápido con los ruidos pequeños: mascar una goma, el ruido del sacapuntas y el lápiz, la gente que comía con la boca abierta, el tictac del reloj. Su padrastro le había dicho que sólo necesitaba empeñar su tiempo libre en algo y dejaría de ser tan extraña, así que le ingresaron al ballet a una joven edad.
En un principio, el plan de su tutor había resultado, sin embargo, tras las presiones de su primaria, las tareas, el aprender alemán y las prácticas rigurosas, terminó por tener su primera crisis de ansiedad a los 9 años. Más tarde, se habían vuelto parte de su rutina, al punto en que les extrañaba cuando no las tenía encima.
Nadie le comprendía y muchos sólo pensaban que ella deseaba llamar la atención, que la gente le mirase, cuando se trataba de todo lo contrario. En la secundaria se obligaba a correr hacia el baño entre lágrimas, pues era el único lugar donde nadie le observaba ni le juzgaba, tampoco hacía comentarios crueles ni esperaba que diera un sobresfuerzo a lo que ya hacía.
Pronto decide cambiar el baño por la biblioteca, seguido del estudio de ballet. Solía quedarse horas extra y le decía a su madre que era porque al profesor le gustaba perfeccionar la técnica. Después, vuelve a la biblioteca, leyendo los libros más extensos que a sus chocolates ojos fascinaron. No puede detener la lectura, tampoco el arte de sus pinceles ni el andar de sus pies; pronto se vuelve una chica bohemia a la que todos miraban pero ella continuaba sin mirar a los demás.
Crece entre las crisis de ansiedad, el clavarse las uñas en los antebrazos y darse de arañazos a sí misma mientras soportaba no gritar era una costumbre a la que enseguida se sentía incómoda si es que se presentaba su ausencia. Sus padres nunca entendieron que ella sólo buscaba un poco de apoyo y no regaños insensatos, por lo menos, algo de cariño en sus palabras. Nada. Siempre eran regaños y falta de comprensión.
En la escuela, los profesores solían rodar los ojos cada que ella empujaba la puerta de la entrada entre lágrimas, abrazándose a sí misma. Siempre pensaron que quería llamar la atención, que era demasiado floja, que sólo quería un pretexto para no trabajar como los demás. Noah había deseado tantas veces ser capaz de estudiar y hacer tareas como ellos lo hacían pero sólo atinaba a encerrarse en su cuarto y llorar mientras sofocaba sus propios gritos cuando el trabajo se acumulaba y las voces y las letras hacían un torbellino en su pequeña cabeza.
Cuando su madre se divorcia, parece entenderle un poco más, pues acude a un psicólogo y éste le explica la situación de Noah en el transcurso de las charlas. Le dice que puede canalizarla con él pero Noah se rehúsa, convencida de que ningún psicólogo puede ayudarle. Por lo menos hasta que se encierra por completo en el arte, siento éste su mejor apoyo emocional. Su madre entiende y le construye su propio estudio en casa, donde puede pintar las paredes, los lienzos, ensuciar el suelo con pintura; Noah es libre en ese lugar.
A pesar de que las crisis persistieron, todo cambia cuando Harry Styles aparece a su vida, con esa sonrisa encantadora y esos rizos largos que pronto le hacen alucinar con trenzarlos y hacerle como le placiera. Él no entendía desde el inicio a lo que ella se refería con "Soy difícil de entender". Siempre había pensado que se refería a ser como cualquier chica de bar declarándose única y diferente para después terminar revolcada entre sus sábanas y gemir su nombre.
Pero entiende todo cuando ve la primera crisis de Noah. Verla tirarse de los cabellos con fuerza, gritar y llorar; la forma en la que sus uñas buscaban con desesperación la piel para arañarla a diestra y siniestra. Él no sabe cómo reaccionar, por lo que sólo le sostiene las manos con fuerza y le abraza de la misma forma entre sus fornidos brazos, susurra palabras dulces al oído de la castaña y eso parece funcionar. Fue el instante en que se dio cuenta que la chica no sería algo de unos meses, ni mucho menos un 'por mientras'. Rosewood estaba destinada a significar mucho más para Styles de lo que ella imaginaba.
Es la manera en que Harry la entendía y la protegía lo que le hizo mirar nuevamente ese par de orbes esmeraldas, analizarlos y procesar lentamente entre sus neuronas la respuesta que daría a las promesas del chico, el cual parecía a punto de explotar en desesperación y angustia, deseando saber qué era lo que le deparaba el futuro con la chica.
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Ballet & Flowers [h.s. -Short fic]
FanfictionHarry Styles es un destacable jugador de Green Bay, novio de la artística bailarina de ballet: Noah Rosewood. Su larga relación se había mantenido estable, hasta el punto en que los obstáculos comienzan a crecer entre ambos y las dudas se vuelven in...