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Una flor que saltaba de un extremo de la habitación a otra con las puntas de sus pies aterrizando firmemente sobre el sólido suelo de madera con esos movimientos tan sutiles que pintaban la habitación rosa de mayores colores variados, así como el tutú que adornaba el rededor de su esbelta y siluetada cintura, aquella cincelada por los mejores escultores celestiales que alguna vez un ser superior pudo colocar; sus pies tan delicados y marcados por aquellos años de práctica, mientras que la volátil manera en que sus manos hacían arte en el aire conllevaba el alma de todos los presentes de un público peculiarmente amigable.

Termina completamente agotada su rutina, el sudor corriendo por sus sienes con perseverancia después de longevas horas de entrenamiento arduo, aquel al cual se sometía antes de una presentación. Ninguna de las otras chicas se molestaba en perfeccionar la técnica tanto como lo hacía ella, ni siquiera en esforzarse después de las rutinas diarias. Pasa la toalla por su frente, descubierta gracias a aquel moño hecho en su cabello castaño. Va por su maleta rosada y coge la botella con agua para abrirla y dar un largo sorbo de ésta, saciando la sed que hacía un buen rato su cuerpo añoraba terminar con ella.

Sacudió el rostro, dejando salpicar unas pocas gotas de sudor de las cuales había ignorado su existencia mientras la práctica se hacía en el salón de danza. Era extraño sentir la planta del suelo después de varias horas se sentir, en su mayoría, sólo la punta de sus pies tocarlo, algo que provocó una sonrisa en ella, pues se sentía bastante orgullosa de por fin estar cumpliendo uno de sus grandes sueños desde que fue pequeña: interpretaría a Odette, la princesa del Lago de los Cisnes.

Recordaba las numerosas veces en que se apretaba de la mano de su madre cada vez que ésta le animaba a presentarse en el escenario, las veces que tembló del pánico por aparecer frente a un público de exigencia o categorías mundiales, sin embargo, siempre culminó el espectáculo con perfección y técnica, ganándose los aplausos de aquel público que siempre vio como la fiera a punto de comérsela completa en cualquier instante, pero al final sólo veía las grandes sonrisas de la primera línea frente a ella y por ende, imaginaba las demás.

Recoge su maleta, depositando en ella el envase vacío del que hace unos momentos bebió, camina fuera del estudio con la ansiedad creciente, pues su presentación era el próximo sábado y no estaba dispuesta a perder cualquier imperfección capaz de arreglarse, dispuesta a cubrir incluso cualquier fallo por parte del resto del elenco. Nada podía fallar, o por lo menos tenía que salir cerca de un 96% bien. Caminó por los ya vacíos pasillos, aquellos que hace apenas una hora atrás todavía tenía chicas con el mismo moño que ella recogidos, sus zapatillas de ballet en mano y algunos tutús ya desgarrados por constantes atorones con los clavos sueltos del set.

Ella se quita sus zapatillas apenas cruza el umbral y se coloca los zapatos bajos que había dejado en el mismo desde antes de entrar, una extraña manía que había tomado en su viaje a Japón algunos años atrás y la razón por la que las alfombras en casa de su madre estaban impecables después de que aquella costumbre fuese contagiada a toda la familia, a excepción de su hermano menor, quien pisaba con las zapatillas deportivas embarradas de lodo hasta la planta alta, algunas veces manchando la cama también y haciendo rechinar los dientes a la señora de la limpieza.

Camina cómodamente, pretendiendo volver a acostumbrarse a la superficie que se encontraba tocando con las plantas de su calzado, un buen andar mientras miraba alrededor una vez que al fin divisó las calles de Nueva York a su alrededor, los gigantescos rascacielos de los que en un futuro las personas se van a cuestionar su construcción, así como ahora hacían con las enormes pirámides egipcias. Desliza el móvil de su bolso deportivo rosa, aquel con el rostro de Kitty estampado en un costado, incrementando su costo tan sólo por aquello.

Ballet & Flowers [h.s. -Short fic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora