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Solía variar su bebida conforme los días, por ello, los baristas que le atendían siempre preguntaban qué deseaba tomar ese día y no lanzaban al tajo una predicción de la misma. Le gustaba sonreírles a las personas que le atendían, pues era lo mínimo que podía hacer por ellos después de tantas horas de pie atendiendo gente de distintos humores.

Toma asiento en su lugar favorito: junto a la ventana. La vista de la ciudad le relajaba en horas de la mañana, justo antes de aventurarse a la academia con sus queridísimos alumnos, algunos más consentidos que otros. Escuchar el claxon de algunos autos descuidados o el ladrido de los perros que corrían con sus dueños le robaba una sonrisa, era vivir la vida de sus sueños y ella se sumergía de cada vez más en ellos.

—Disculpe, ¿Está ocupado?

Sus cavilaciones son interrumpidas súbitamente, provocando que su cabeza virara de golpe hacia la profunda voz que clamaba por una duda. Sin embargo, al observar quién era el dueño de aquella voz, su cuerpo se petrificó por completo en consecuencia de ese par de hoyuelos y esa sonrisa casual. No era Francia enfrente de ella, tampoco era Madrid.

Eran esos ojos verdes.

FIN.

Ballet & Flowers [h.s. -Short fic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora