"Un logro"

5.1K 409 15
                                    

Capítulo 12: "Un logro".

—Awww, el secretario YongHwa me trajo un pedazo de pastel —dije al verlo en la mesa de la cafetería.

Agarré mi café y empecé a comer un poco de este. Era de mi favorito, la selva negra.

—Srta ___, ya llegaron los ejecutivos —dijo en llamada.

Dejé el pedazo chiquito restante en el refrigerador y me fui.

Al llegar a la oficina me encontré a la persona clave, Kim Seok Jin.

—Es un placer verla —dijo él con una sonrisa.

—Agradezco mucho que haya aceptado la reunión. Veo que tiene interés con la empresa.

—Algo así... —cabeceó—. En un futuro seré presidente de mi propia empresa de moda.

—¿En serio? Me alegró por usted.

—Gracias. He venido porque tenía alguien por conocer. Si me espera, en futuro haré negocios con usted. —Sonrió.

—¿Cómo? ¿Y por qué no ahora?

—Estoy ocupado con otras cosas. Preparó una línea de perfumes.

Comprendía, era extraño este chico ¿Por qué tenía que esperar por alguien así?

Terminamos de hablar, él se fue de la oficina. Debía de redactar un informe por lo que estuve unas horas allí, moría de hambre por lo que lo hice lo más rápido posible.

Al salir, dirigiéndome al comedor. Me encuentro al enano conversando por teléfono.

—No sé quién fue —escuchaba detrás de una planta—, ¡era mi pastel! ¡Yo lo había comprado, hasta había un pelo de mujer!

«Mierda, yo comí su pastel», pensé.

—Pero cómo es posible, si es de mi sabor favorito y no el de él —murmuré confusa.

—¿Qué haces? —Una voz susurró en mi oído.

Grité asustada golpeando mi cabeza con la suya.

—¿Ejecutivo Kim? —Pregunté desconcertada.

—¿Ustedes que hacen aquí? —Preguntó Jimin al vernos.

—Pues aquí espiando... —Tape su boca.

—Acéptalo, me amas, ejecutivo Kim —mentí descarada.

Abrió los ojos como plato, negando con la cabeza.

—¿Eh? ¿Qué actitud es esta? —Cruzó los brazos.

—Si dices algo, olvídate de tener hijos —murmuró entre dientes. Lo solté, peinando mi cabello.

—Era una broma —ladeé una sonrisa huyendo de la escena.

—Srta Park —me llamó Jimin.

—Estúpida vida, estúpida vida... —repetía maldiciéndome. Trato de hacerme la tonta—. Hey, me gusta su corbata —le dije a uno de seguridad entrando al ascensor.

Respiró aliviada. El resto se fue al llegar al piso 3.

—Srta Park —dijo otra voz saltando del susto.

—¡¡YAHH!! —Grité agarrándome del pecho.

—Lo siento por asustarla —comento el secretario YongHwa.

—Hoy es el día de que todos están detrás de mí —contesté apoyándome en la pared.

—¿Cómo le fue con el ejecutivo?

Puse cara de fastidió.

—Es un idiota igualito a Ji... ¿Son amigos? —Me pregunté al darme cuenta que se habían quedado ellos dos.

—¿Qué?

—Nada..., dijo que esperará. Como puedo esperar a alguien hasta que se le da gana.

Se abrieron las puertas del ascensor, saliendo de ellas.

—Pues él se reunió con su padre y me dijo que lo esperará.

—¿Qué? —Me detuve.

—Creo que es alguien muy importante.

—Ash, mi padre está loco. No me sorprende nada de lo que hace —caminé, pero me detengo otra vez—. Debe conseguir pastillas para la diarrea, aclaró no es para mí, es para alguien.

Asintió yendo a por ello.

«¿Cómo se le ocurre comer tarta cuando esta para atrás?», pensé.

...

Aquí tienes —le di una bolsa de las pastillas.

—¿Qué es esto?

—Pastillas para la diarrea —dije fuerte en el pasillo.

—No lo necesito —me los dio.

—¿Entonces para que compraste una tarta cuando no la puedes comer? —Pregunté confusa. Él se detuvo, giró con una expresión parecida al de mi hermano cuando le como la pizza.

Reí nerviosa.

«No me dejaré intimidar».

—¿Wae? Tú sabes que es de sabor favorito..., además a ti no te gusta la selva negra.

Se acercó lentamente mientras que yo retrocedía lentamente. Choque contra la pared.

—¿Se está burlando de mí? ¿Le parezco gracioso?

«Me da miedo cuando Jimin se enoja».

Tragó saliva fuerte.

Su teléfono vibra. Mira la pantalla y luego a mí con enojó.

—¿Qué? Contesta —dije.

Lo rechazó.

«¡Nooo! ¡¿Por qué?! Era mi única salvación».

«Espera... Jimin siempre ponía cara de dragón para intimidarme. No voy a dejar que venga»

Se acercó lo que quedaba, le estampó la bolsa en su cara bruscamente.

—Toma tus medicamentos y deja de jugar ser el malo —contesté seria, llevando mi cabello hacia atrás como diosa y me marchó.

Sabía que se había quedado sin palabras. Había enfrentado a Jimin de intimidarme.

«Bien hecho Park __», pensé sonriente.

[***]



Casados por conveniencia | Jimin y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora