Capítulo 16.

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– ¿La conozco? –Repitió Danell confuso.

– ¿No me recuerdas, Ra Ra? –Le dijo Jane con un viejo apodo que les habían colocado.

– ¿Ra Ra? ¿Cómo es que usted...? –De repente Danell recordó a la perfección quien era la única persona que tenía el cabello pelirrojo, y los ojos de un morado suave.

Hace varios años...

– ¿Alguien ya terminó el ejercicio? –Preguntó cierta maestra de matemáticas a sus alumnos. A lo que Jane levantó el brazo, no muy apresurada.

–Da 16/5... –Respondió con tono normal.

–Bien, ven para firmarlo –Jane obedeció y se levantó de su asiento. Caminó con la mirada en su cuaderno, hasta que tropezó y cayó al suelo, por el pié de Dustin.

–Ugh... –Se quejó Jane mientras los demás explotaban de la risa, menos la maestra y un joven de cabello castaño que se acercó a ella para ayudarla.

– ¿Se encuentra bien? –Le preguntó el joven con tono amigable pero con preocupación. Seguidamente miró a Dustin con molestia– Eres un idiota, que ella pueda resolver los ejercicios en el momento en que los dictan y que tú ni siquiera puedas caer en cuenta de en qué clase estás cuando entras al aula, no significa que debas molestarla –Exclamó él mientras los demás se reían pero ahora lo hacían porque le había cerrado la boca a Dustin.

– ¡¿Quién te has creído, ingresado?!

– ¡Lo mismo te digo a ti, cobarde! Le contestó serio.

– ¡Ya basta, los dos! –Exclamó la profesora– ¿Se encuentra bien, Kirashiro?

–S-Si... –Jane se levantó, un tanto dolida por la caída, para después dirigirse al joven– Gracias –Dijo y rápidamente se fue hacia el escritorio de la profesora.

Al salir de clases, Jane se encontraba conversando con L, quien al cabo de unos minutos se retiró. Jane decidió volver al salón pero en el camino se encontró con el chico de antes, quien la había defendido en el aula. Después de saludarse, Jane aprovechó para realizarle varias preguntas que la tenían confundida.

–Escucha... Te agradezco lo que hiciste pero necesito saber ¿por qué te ha dado por defenderme? –Le preguntó de forma neutral, para no sonar desagradecida.

–Sólo lo hice porque siempre he visto que te molestan, al principio creí que era cosa de un día o dos. Pero ya van semanas... –Él sentía cierta curiosidad de preguntar por qué todo el acoso que recibía, si acaso era cierto todo lo que dicen de ella– Kirashiro... ¿Acaso... Es cierto...?

– ¡Ah! –Exclamó Dustin, interrumpiéndolo– ¡Pero que tierno! ¿Le estás agradeciendo, Kira? –Jane al oírlo no pudo hacer nada más que gruñir.

–Por Dios, Dustin, ¿Tanto necesitas llamar la atención de Jane o lo haces por aprobación de la gente?

– ¡¿Qué intentas decir, enano?! –Preguntó enojado.

– ¿Estás demente? –Dijo Jane dirigiéndose al joven–. Vuelves a insinuar algo así y te juro que vomito.

– ¡Ja! –Exclamó Dustin– Saben... Ustedes dos son los que más bien deberían estar juntos –Dijo en tono de burla, pero aun así logró exaltarlos a ambos–. A partir de ahora, tú....–Señaló a Jane– cada vez que estén juntos serás Ki Ki y tú... –Señaló al chico– serás Ra Ra –Al terminar, él y sus amigos empezaron a reír, sólo porque Dustin era considerado superior por reputación; ya que en sí, lo que acaba de decir era un enorme mal chiste y era sumamente estúpido llamarlos a cada uno por las sílabas de Kira. Sin embargo, Jane se colocó derecha y tomó la muñeca del chico.

Mi Diosa De La Muerte [L Lawliet]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora