Capítulo 20.

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L

–Regresó hace más o menos cinco meses –Le respondió Watari–. Nos dijo que su padre le permitió volver.

– ¿Nos dejaría hablar con ella? –Preguntó mientras se acercaba a la puerta, haciendo que yo me crispara.

–No ha despertado –Dije rápidamente. El hombre volteó a verme con los ojos entre cerrados.

–De todos modos, debemos verla –Ignorando mis protestas, entraron a la habitación, seguido de nosotros. Contemplaron a la inmóvil Jane sobre la camilla con ojos críticos, el hombre de antes se acercó a ella y movió un mechón de cabello de su frente mientras yo apretaba los puños–. Cuanto ha crecido –Mencionó–, ¿saben cuánto planea quedarse aquí?

–Tanto como ella lo desee –Contesté, sentado al lado de Light que se mantenía callado, pudimos lograr que no les importara su presencia.

–En tal caso... –Susurró y volteó a ver a los otros dos hombres que tenía a los lados– Debemos internarla con prontitud –Tardé unos segundos en reaccionar, fruto del miedo y la rabia que me estaban consumiendo al escucharlo. Antes de que pudiera decir algo, Watari habló.

– ¿Podemos saber el motivo?

–Sólo es un protocolo, dependiendo de cómo salga todo podrá irse –Explicó y lo miré receloso–. Nosotros nos encargaremos de su traslado inmediato.

– ¿Inmediato? –Repetí, levantándome del mueble.

–Creo que no sería apropiado –Watari me dedicó una mirada para que retomara mi lugar en el asiento–, lo mejor sería esperar aquí a que ella se despierte. Puede malinterpretar el despertarse en el laboratorio y causarles un problema. Es mejor que ella vaya por voluntad propia.

–Está bien –Accedió–. Estaremos al tanto de su estado y vendremos en lo que despierte. Sin embargo, quisiera su opinión personal acerca de lo que buscamos averiguar... –Lo miramos con confusión– ¿Podría usted decir que se han acabo los inconvenientes con el autocontrol de Jane?

–Hace mucho que Jane sabe controlarse, nunca volvió a ocurrir ningún accidente –Le recordé, ellos lo sabían perfectamente. El hombre me miró con los labios apretados, como si contuviera una sonrisa.

–Shireky, creo que no tienes el conocimiento suficiente, sobre el porqué Jane se fue de aquí hace varios años, para responder esa pregunta –Replicó. Ambos dirigimos la vista a Watari.

–Puedo asegurarles que ya pasó esa etapa con éxito –Contestó y me miró, afirmando que me explicaría después de que estaban hablando en verdad.

–No tenemos que decirles que le sucederá si resulta ser mentira –Amenazó y tuve que contenerme para no golpearlo–. Nos iremos, por ahora.

Salieron por la puerta y la habitación se quedó en silencio por unos segundos. Yo me llevé las manos a la cabeza, preso del enojo. ¡Maldita sea! Harían todo para llevarse a Jane de nuevo, pero yo no lo iba a permitir. No esperé tanto, ni soñé tanto con su regreso para que esos imbéciles me la arrebataran por sus morbosidades.

Watari tomó asiento al lado de Jane.

– ¿Quiénes eran ellos? –Preguntó Light rompiendo el hielo.

–Ellos fueron los encargados de Jane cuando nació –Expliqué, sin rodeos–. Quieren llevársela de nuevo, Watari –Levanté la mirada mientras él acariciaba el rostro de Jane con sus arrugadas manos.

–En efecto –Coincidió conmigo. Lo miré en espera de obtener la explicación, suspiró antes de hablar–. ¿Jane aún no se atrevió a decirte el motivo por el que su padre se la llevó...? –Me exalté por su pregunta.

Mi Diosa De La Muerte [L Lawliet]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora