Capítulo 18.

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La expresión de Jane se tensó con rapidez.

« ¿Pero qué carajos, Light?» Pensó ella, frunciendo las cejas.

Supo que todos estábamos sorprendidos por su muy repentina confesión, el Sr. Yagami estaba histérico y alterado mientras L lo miraba con recelo, completamente desconfiado.

«Aún no hay pruebas de que Light Yagami sea Kira, entonces ¿Por qué venir a anunciar que tal vez lo sea? » Inquirió L en su mente.

«Es un engaño, no hay duda de ello. Eres Kira, ¿qué quieres lograr con esto? » Concluyó L. La confusión fue también la que predominó en el momento hasta que Light comenzó a explicarse.

–Escucha, papá. Si Ryusaki es L entonces es el mejor detective del mundo –confesó. Jane hizo una mueca– y parece estar seguro de que yo soy Kira. Sabes que L nunca se ha equivocado.

El padre de Light comenzó a protestar ante las teorías incomprensibles de su hijo. A continuación, dijo todas y cada una de las razones por las que L y él mismo sospechaban de que era Kira. Desde la muerte del agente del FBI que lo seguía hasta que fue la única persona a la que Misa, la supuesta segunda Kira, buscó.

–Si estuviera en el lugar de L llegaría a la misma conclusión. Y si ese es el caso, puedo serlo y no saberlo –Finalizó.

– ¡No, Light...! –Negó su padre con la voz quebrada, su tono hizo que a Jane se le encogiera el corazón. Ella tenía mucha simpatía por el Sr. Yagami y se negó a creer muchas veces que él fuera el padre de Kira.

–Ya no estoy seguro de nada –Admitió con voz temblorosa–, nunca he matado a nadie pero inconscientemente no sé de qué soy capaz. Mi otro yo podría matar mientras duermo –Se excusó.

Mientras L estaba seguro de que era un engaño certero, Jane tenía el corazón dividido entre la sospecha y la lástima que sentía al verlo.

L explicó que era imposible que lo hiciera dormido porque habían puesto cámaras en su habitación por cinco días y él durmió normalmente.

–No lo sé, puede ser cierto... Debo admitirlo a veces pienso que algunos criminales merecen morir. Si puedo pensar como Kira ¿Cómo estar seguro de que en verdad no soy él?

Matsuda salió en su defensa confesando que evidentemente hay personas que sería mejor que murieran.

–Pero no por ello vamos a salir a matarlas –Concluyó Matsuda.

–Matsuda tiene razón –Habló Jane, finalmente. Todas las miradas se centraron en ella, en especial la de L–, el que pienses como él no prueba nada. Es un pensamiento colectivo alimentado por el rencor y la impotencia que sentimos los seres humanos, que es completamente comprensible pero, como te dije en una ocasión, no les corresponde quitarles la vida a estas personas.

Light la miró a sus profundos ojos morados, cautivado por la inocencia que reflejaban en ese momento. Se dio cuenta de que ella estaba teniendo un conflicto en su cabeza.

–Además –Continuó Matsuda–, criminales morían sin que tuvieras conocimiento de ellos. ¡Las cámaras de vigilancia así lo probaron!

–Pues... no –Negó Aizawa– Como éramos pocos investigadores lo vigilamos mientras estaba en casa. La verdad es que no lo vigilamos cada hora del día –Recordó–, pudo encontrar como matar a esos criminales mientras no estaba en casa.

L meditó unos momentos, ignorando el notable conflicto interno de Jane a causa de su ingenuidad y bondad que se encargaría de arreglar luego, y llegó a la conclusión de que todo fue planeado. Decidió darle a Light exactamente lo que quería, encierro.

Mi Diosa De La Muerte [L Lawliet]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora