cαpítulσ cíncσ

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- Qué guapo te has puesto.

En realidad no se había puesto nada del otro mundo, una camisa azul marina y unos vaqueros grises, por lo que no sabía si el piropo de Ricky era cierto o iba cargado de ironía. El mallorquín llevaba una camiseta de tirantes y unos pantalones rotos. Después de que ambos se enfundaran sus respectivas cazadoras, salieron del piso tras asegurarse de que Tom estaba bien servido.

Cuando estaban fuera, no tuvieron que esperar mucho tiempo hasta que llegaran Mimi y Ana y tras saludarlas, se montaron en el coche. Otro de los aspectos positivos a la relación de su amiga, era que Ana no solía beber mucho, por lo que cuando salían con ellas, podían emborracharse sin temor a olvidarse el número del taxi. 

Se adentraron en una de las discotecas favoritas de las dos chicas, a la que nunca habían entrado los isleños, pero esta vez sí que les dieron limón con el chupito de tequila, por lo que Ricky ya estaba enamorado de local. La música sonaba alta y Agoney y Ricky ya habían bebido otro chupito más en el momento que entraron Raoul, Aitana, el novio de la del flequillo, y la rubia de los tacones de infarto. 

- ¿Qué hacen aquí?

Agoney no tenía una mínima idea de por qué tendrían que coincidir en esa discoteca, cuando en ningún momento habían compartido sus planes de la noche. Pero ahí estaba el rubio de la sonrisa perfecta, con su tupé perfectamente peinado, una sudadera amarilla y unos vaqueros negros. En ese momento deseó desaparecer de allí, él que había salido con la intención de saciar su sequía con cualquiera que no se le resistiera, ahora tenía que estar alerta para no cruzarse con el rubio en ningún momento.

Mimi, que comprobó con sus propios ojos como el canario era incapaz de apartar la mirada de aquel grupo, se perdió entre la multitud de la gente, ajena a las protestas de su novia, que no se esperaba nada coherente de la granadina.

Raoul parecía no haberle visto, y aquello le molestaba incluso más, aunque deseara no haberle visto. Realmente se estaba volviendo paranoico por culpa de aquel chico. Pero es que era normal, él no tenía la culpa de que Raoul fuera tan jodidamente atractivo y besara tan bien. Pero comenzaba a hartarse del juego que se traían, el mismo que le tenía totalmente adicto. Definitivamente necesitaba enrollarse con otra persona aquella misma noche. 

No le hizo falta pensarlo dos veces, tras unos diez minutos desaparecida en los que Ricky y Ana trataron de sacar al canario a bailar y despegarlo de la barra, desde dónde tenía un ángulo perfecto de la espalda de Raoul, Mimi regresó agarrada a un chico musculado y con gorra, algo que le pareció exageradamente ridículo al canario, ya que estaban en un espacio cerrado. Pero no se quejó, o por lo menos no en voz alta. 

- Este es Rafa - ¿Y a él desde cuando le interesaban los nombres de los tíos que conocía de fiesta? - Agoney  Rafa, Rafa Agoney.

Hechas las presentaciones, el canario decidió que era el momento de apartar a aquel moreno de su grupo de amigos antes de que éstos comenzaran a tratarlo como uno más. No iba lo suficientemente borracho, por lo que ambos se acercaron a la barra. Estaban peligrosamente cerca del grupo de Raoul, pero Agoney se situó de espaldas a ellos, por lo que no pudo ser consciente de que había sido reconocido. Sentía una mirada clavada en él, pero no se giró, no quería llevarse una nueva decepción, por lo que tras vaciar de un trago el contenido de su vaso, volvió a arrastrar al tal Rafa al centro de la pista. 

La discoteca estaba llena, así que no le hizo falta inventarse ninguna excusa para poder pegarse al moreno a la hora de bailar. El chico correspondía sus movimientos, situando las manos en el trasero del canario, movimiento que agradó enormemente al chico, comenzando a depositar besos en el cuello de contrario. Era la primera vez que ligaba antes que Ricky, pero eso no le frenó a la hora de decidir que ya se habían manoseado lo suficiente en público y que necesitaban un poco de intimidad. Cuando se encontraron en aquel baño, de los más limpios en los que había estado Agoney, continuaron con lo que habían empezado. Las manos de Agoney recorrían el cuerpo de Rafa de forma ansiosa, y este le arrancó la camisa prácticamente de un tirón, llevándose uno de los botones en el proceso. 

ɴᴏ ᴍᴇ ᴀᴄᴏsᴛᴜᴍʙʀᴏ ᴀ ᴘᴇʀᴅᴇʀ (#Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora