Capítulo 8: Refugiados [2]

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La luna subió gradualmente encima de la Corona de Álamo y se movió al oeste. Obscurecida eventualmente por las nubes, sus rayos se disiparon del paisaje.

Las voces de los jóvenes Wangs también desaparecieron en la distancia y a lo largo se desvanecieron completamente.

Chen Rong yacía en su carruaje, sin sentirse adormilada. Ella inclinó su cabeza para mirar hacia afuera donde se encontraba negro como el carbón. Solamente había una luz tenue emitida por una sola antorcha que estaba clavada en el suelo. En el punto muerto de la noche cuando todos se encuentran dormidos, soledad y misterio parecían flotar en el aire con el balanceo de aquella luz solitaria.

Sus ojos estaban completamente abiertos en la oscuridad.

No era certero por cuanto tiempo ella había estado escuchando, para cuando repentinamente su boca se curvo hacia arriba revelando una pequeña sonrisa.

Sus ojos brillantes miraban a unas siluetas que se acercaban. Estas sombras hacían sonidos audibles cuando caminaban. De vez en cuando, alguien tropezaba y caía. Débilmente, había también jadeos, sibilancias y tosidos que no podían ser suprimidos, al igual que leves ladridos.

No eran grandes sonidos, pero el contraste era bastante descarado en la noche silenciosa.

Chen Rong los observó calladamente, sus ojos seguían a los grupos de sombras en ambos extremos, el frente y parte trasera de la caravana. El frente era en donde los miembros principales de la Casa Wang se quedaban; ahí había muchas riquezas guardadas. La parte trasera era en donde los Wangs guardaban su suministro de alimentos.

Después de que estas personas se escabulleron en el grupo, Chen Rong podía escuchar ondas de leves ladridos y sonidos de cosas siendo llevadas.

Quince minutos después, las sombras retrocedieron con bolsas de varios tamaños. Justo cuando ellos estaban regresando, otro grupo de sombras entraron al grupo.

Una sombra diminuta se precipito hacia adelante y chocó con algo, el contacto hizo un sonido. Este sonido era leve, pero con lo que sea que se haya golpeado, este repentinamente refunfuño: "¿Quién chocó con migo?"

El repentino quejido asustó a todos. El dueño de esta voz abrió sus ojos. El miraba con ojos tan largos como campanas de latón a la pequeña figura enfrente de él y finalmente gritó en shock: "¿Quiénes son ustedes? ¡Despierten, todos despierten!"

A pesar de estar en sueño profundo, inmediatamente las personas se despertaron con el aullido de este hombre. De momento, clamores se empezaron a esparcir.

Una poderosa voz gritó abruptamente: "¡Vagabundos insolentes!"

Con este grito, antorchas empezaron a encenderse y el grupo entero despertó.

La voz del Patriarca Wang, Wang Zhuo retumbó rápidamente: "¡Detengan a estos refugiados!"

Él se estaba refiriendo a las sombras que ahora se estaban dispersando y huyendo después de haberles robado.

Al comando de Wan Zhuo, el grupo cayó en un frenesí. Los guardias salieron corriendo de sus carpas sin estar propiamente vestidos. En medio de sus gritos caóticos, una joven también salió precipitada con sus pies descalzos, su cabello sin peinar, mientras se quejaba furiosa: "¡Mi collar ha desaparecido. Mi collar de perlas del Mar del Sur ha desaparecido!"

Otro miembro de la Casa Wang gritó: "¡Deténganlos, deténganlos a todos! Estos campesinos se atrevieron a cometer hurto. Ellos se atrevieron a ofender a Nobles viajando. Hombres, mátenlos. No dejen a ninguna persona escapar. Ni siquiera a una sola persona."

Mei Gongqing (La Cortesana Encantadora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora