Capítulo 38: Sus comentarios

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El carruaje tirado por caballos condujo lentamente en la calle. Era en el momento en el cual las luces comenzaban a prenderse. Filas de linternas se balanceaban bajo los tejados, los peatones se estaban haciendo escasos en las calles, y solo cuando ellos pasaban por pequeños callejones se encontrarían con luces rosadas y con sonidos risueños detrás de las ventanas que despertaban un sentimiento de prosperidad traído por cosméticos extravagantes, fragancia y música.

Dentro del carruaje, Chen Rong se encontraba ahora inclinando su cabeza y lucía muy calmada, pero sus manos estaban retorciendo fuertemente su falda. Su yu la miraba preocupada, temerosa de que la única vestimenta formal que tenía se arruinara.

En este punto del tiempo, Chen Rong liberó su falda y dio un respiro profundo. "Yu, me estoy sintiendo algo nerviosa", ella susurró con sus ojos cerrados.

"Miss", Ping yu la miraba con pena, "Wang Qilang pertenece al cielo de arriba. Olvídelo".

Chen Rong quería reír. Ella presionó sus labios para suprimir su risa mientras respondía: "Tus palabras me hacen sentir mucho mejor".

Ping yu solamente la miró confundida.

Chen Rong extendió su mano para levantar la cortina. Ella murmuró mientras miraba hacia el cielo escasamente moteado: "He muerto una vez. ¿Qué hay que temer?". Su voz fue muy baja.

En este momento, el carruaje había dado vuelta en un pequeño callejón para cortar hacia otra calle. Una vez allí, el camino de enfrente se encontraba lleno de luz, y en medio de la ráfaga de ruidos, carruajes zigzagueaban dentro y fuera en cada dirección.

"Pronto estaremos allí, Miss", Shang sou dijo desde fuera.

Chen Rong estaba a punto de responderle cuando otro carruaje llegó a su lado.

Era un gran carruaje de ébano, sus dos caballos también eran negro azabache y altos. Cuando Chen Rong miró hacia el vehículo, su cubierta se levantó levemente para revelar un rostro guapo pero de apariencia sombría.

Chen Rong casi instintivamente corrió hacia abajo su cortina ante la vista repentina de este hombre. Sin embargo, ella se detuvo justo cuando su mano tocó la tela cayendo.

Sus ojos intensamente oscuros y fríos pausaron en su mano derecha antes de moverse a su dueña.

Cualquiera que sea el gesto que dio, su conductor comenzó a moverse cerca del de Chen Rong.

De repente, los dos vehículos fueron separados solamente por lo largo de un brazo. Chen Rong se pellizcó y forzó una sonrisa en su rostro. "Buenos saludos, General Ran".

¿Quién más podría ser sino Ran Min?

Ran Min ignoró su 'hola'. Él la estudió fijamente y, después de algún tiempo, su voz profunda y autoritaria abrió su camino dentro de sus oídos: "Pequeña Miss, aunque has tratado de recobrar tu compostura, siempre te vez diferente de tu ser usual cada vez que me ves. Ahora, ¿por qué es eso?"

Él estaba tan cerca que cuando él habló, su respirar pasó gentilmente sus cabellos y entró a sus oídos.

Chen Rong se tensó. Ella pellizcó sus palmas y trató lo más que pudo para suprimir sus emociones emergentes mientras bajaba un poco sus ojos para evadir los suyos. "General, usted bromea. ¿Cómo podría ser diferente con usted cuando jamás le he conocido?"

Ella finalmente miró hacia arriba.

Bajo las luces, sus ojos eran justo como los de él –oscuros y sin fondo.

Mientras ellos entrelazaban miradas, sus labios se levantaron para decir: "He de aventurarme a decir que con usted siendo remarcablemente guapo, no hay escasez de mujeres en este mundo que se comportasen diferente cuando le ven".

"¿Es eso así?"

Chen Rong asintió.

Ran Min rio. Él la observó con una mirada intensa, preguntando: "¿Te gusta Wang Qilang?"

Chen Rong pausó antes de asentir con su cabeza lentamente.

Él rio nuevamente.

Riendo por un rato, su voz bajo a una nota más profunda pero retuvo su suavidad mientras le preguntaba, "¿Si pido a la Casa Chen por tu mano, aceptarías?"

Boom —

¡Era un estallido de trueno desde el cielo!

Todo se estaba volviendo ofuscado para Chen Rong. Su corazón latió sin parar, casi amenazando con saltar fuera de su garganta. Un sentimiento llenó su corazón, ella no podía decir si era amargura o hilaridad. Repentinamente, ella quería reír.

Pero ella no rio, solamente levantó lentamente sus ojos.

Ella estudió al hombre desde su carruaje traqueteante. Ella no le había dado una mirada de cerca desde que se lo encontró de nuevo desde su renacimiento. La boca de Chen Rong se retorció; ella igualó su tono para decir: "General Ran, esta broma no es graciosa".

Y luego ella halo decisivamente hacia abajo su cortina. Con la tela delgada interponiéndose entre ellos, Chen Rong se hundió en su asiento y casi colapsó en los brazos de Ping yu.

La yu estaba a punto de cuestionarla cuando la mano derecha de Chen Rong se extendió para cubrir su boca –ella nunca querrá revelar su vulnerabilidad enfrente de este hombre. Fue ella quien fue estúpida y obstinada en el pasado...

Por otro lado, los ojos profundos de Ran Min siguieron mirando la cortina ondeante; su ceño fruncido, pero su boca se curvo hacia arriba sin darse cuenta.

Lentamente, él también se recargó de nuevo en su carruaje. Él cerró sus ojos y relajó el agarre de sus fuertes y grandes palmas que usualmente blandían armas, golpeándolas levemente como si estuviese rasgueando un instrumento musical.

Al fin, el carruaje dio una sacudida y llegó a un alto. Shan sou llamó: "Miss, estamos aquí".

Chen Rong apretó sus dientes, queriendo sentarse pero su cuerpo todavía estaba muy débil como para hacerlo. Ping yu le dio una mano rápidamente. Ella bajo del carruaje primero, y con la ayuda de Shang sou, ayudó a Chen Rong a bajar.

Tan pronto como ella dejo el carruaje, Chen Rong pudo sentir un par de ojos mirándola. Ella volteó su cabeza y nuevamente vino a encararse con esos ojos intensamente oscuros. Ella volteó y enderezó su espalda casi instintivamente, luego retiró el apoyo a Ping yu y Shang sou para caminar hacia adelante.

Los jardines fuera del recinto principal de la residencia Wang estaban llenos con carruajes aparcados. En la luz de las linternas, olas de risa y la fragancia de esencias flotaron a ellos. Los ojos de Chen Rong dieron una vuelta para encontrar que todas las personas presentes estaban vistiendo ropas exquisitas y parecían estar completamente en calma; y ella no estaba familiarizada con muchos de ellos.

Mientras ella estaba escaneando el área, fuertes pisadas la pasaron mientras Ran Min caminaba dentro del área iluminada.

Todos los ojos se voltearon hacia él casi tan pronto como apareció.

Él estaba usando una túnica negra con patrones rojos, su cabello largo fue dejado suelto sobre sus hombros al igual que la moda. Él ya era muy alto, con hombros amplios y una cintura estrecha. Cuando estaba vestido de esta manera, él poseía una clase de belleza cegadora como la del sol naciente.

Esta clase de belleza imponente y aura eran totalmente diferente de la de la luna y nubes, el popular estilo femenino que todos parecían favorecer.

Ran Min no parecía consciente de que se había convertido en el centro de atención. Él marchó hacia la puerta y fue dentro.

Silencio rodeo a Chen Rong después de que él entró, la multitud cesó sus ruidos y empezaron a tomar turno de entrada.

Mei Gongqing (La Cortesana Encantadora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora