Capítulo 25: Comprando alimento

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Sorprendida, Chen Wei logró adoptar una sonrisa mientras preguntaba, "¿Ah Rong, no me digas que quieres tocar una sonata?"

Chen Rong sonrió y asintió.

Las tres niñas rieron simultáneamente –además de varios Eruditos de renombre, nadie más tocaba música a lo largo del camino, porque todos sabían que con los numerosos Maestros en esta larga caravana, uno no debe alardear, para que no se revele la propia incompetencia de uno.

Chen Rong solo era una niña pequeña. Si ella se atrevía a tocar enfrente de las masas, ¿podría su interpretación ser así de buena?

"Cuan atrevido de Miss Chen", la voz de un hombre sonó en este momento.

Sin levantar su cabeza, Chen Rong respondió suavemente: "Cuando nuestros corazones no están tranquilos, la música nos traerá paz. Cuando nuestros corazones ya se encuentren en paz, la música nos traerá ocio. ¿Exactamente qué sobre la música y poesía es atrevida, podría preguntar?

Algunas niñas querían decir algo pero rápidamente lo pensaron mejor. Naturalmente ellas oyeron la sublimidad en las palabras de Chen Rong. No importaba que dijesen ahora, sus palabras solo sonaría vulgares yuxtapuestas con su brillantez.

Ping yu en este momento había traído el zither para Chen Rong.

Chen Rong colocó el instrumento abajo y levantó sus dedos. De repente, otra serie de notas de zither fluyeron desde la naturaleza distante. Relajadas y gratas, ellas pintaban una pintura de montañas altas y serpenteantes arroyos –la culminación de todas las cosas etéreas.

La multitud se movió inmediatamente hacia esa dirección. Chen Wei y las otras niñas se levantaron para seguir el sonido –tal música solo podría ser interpretada por Wang Qilang.

Antes de que ella lo supiera, lo que rodeaba a Chen Rong era solo un espacio vacío.

Ella bajo su cabeza, acariciando las cuerdas con sus dedos alabastrinos mientras sonreía antes de descansar sus manos en las cuerdas.

Viendo que no tocaba, el hombre que la cuestiono antes soltó una risita y preguntó, "¿Miss, por qué esta hesitando?"

Chen Rong devolvió el zither a Ping yu y pensó para sí misma: Aunque mi música es notable, solo estaré destacando mis deficiencias enfrente de la música de Lang'ya Wang Qi. ¿Qué bien traería interrumpir su interpretación?, aun así, ella respondió suavemente, "Una sonata celestial ya se encuentra entre nosotros. Esto es suficiente para desvanecer la pena".

Con labios sellados, el hombre no tenía nada para regresar.

En una era que adoraba los debates, pronunciar palabras donde otros no tenían respuesta, era un talento que los nobles estimaban.

En su vida pasada, el temperamento de Chen Rong había sido feroz, su habla torpe, y siempre había caído presa en las trampas verbales de otros. Después de haber sufrido una y otra vez, ella encontró que en este mundo turbulento, si no querías convertirte en el hazmerreír de alguien más, uno debe practicar el arte de la lengua. Si ella pudiese utilizar palabras sofisticadas y graciosas para dejar a otros sin habla, sería bueno para su avance social.

Después de que ella dio el zither a Ping yu, cuando nadie prestaba atención, ella se levantó lentamente y retrocedió a la oscuridad.

Parándose en la luz de la luna, ella vagó a una colina. Parándose aquí, Chen Rong miró abajo, hacia la esquina donde se encontraban Ran Min y Wang Hong.

Esa esquina se encontraba por siempre vivaz y agitada.

Chen Rong miró por un rato antes de bajar su mirada y ver hacia al suelo donde su sombra se acrecentaba.

Mei Gongqing (La Cortesana Encantadora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora