3. Vestidores para dos, por favor.

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Cuánto tiempo!.-
Decía Sarah acercándose a nosotros quienes habíamos llegado después en otro vuelo.

-Sarah, ¿Cómo has estado?.-

-Todo bien. ¿Cómo les va la vida de casados? A ti te ha asentado demasiado bien.-
Le dijo a Ken.

-Mejor que nunca.-
Respondí tocando la mejilla de él que con el tiempo ya tenia un poco de vellos.

-Se miran tan enamorados.-
Dijo sonriendo.

-Y lo estamos.-
Él se inclinó un poco y me besó.
-¿Dónde está Brendon?.-

Para mi fue como si nombrara a Lord Voldemort, quizás Kenny sintió que me puse tensa bajo sus brazos pero no podía evitarlo, no quería verle ni saber nada de él apesar de que era casi imposible y peor estando de vacaciones juntos.
Había hecho todo lo posible para convencerlo para que no vinieramos y que nos quedaríamos en casa pero se había cerrado a la idea con la excusa de que yo necesitaba un ambiente nuevo, de por si estar casada lógicamente era algo nuevo para mi, con costo había tenido un novio antes del matrimonio y él siquiera había sido uno.

-Está en la habitación. No debe de tardar.-

-Entonces ya bajamos, sólo ordenaremos algunas cosas.-

-Ya volvemos.-
Dije viendo como ella asentía y se sentaba bajó la sombra de una choza.
Subimos hacia nuestra habitación después de hacer el chequeo en la recepción.

-Esto si es vida.-
Dijo subiendo los brazos al tan solo pasar la puerta y ver la vista del lugar.
-Y la mejor al tan sólo estar contigo.-
Se giró e hizo lo mismo que había hecho la noche de nuestra luna de miel; me cargó entre sus brazos y me colocó en la cama.

-¿Querés estrenar está cama?.-

-No tenía pensado otra cosa.-
Sonrió y se acercó a besarme.
Estaba quitándose la camisa y luego quitandome el sostén en lo que sonó la puerta y me miró.
-Nena, ¿ordenastes algo?.-

-Acabamos de llegar.-
Me intenté incorporar pero él me lo impidió.

-No era nada.-
Besó mi cuello mientras dejaba pequeñas mordidas y yo empezaba a gemir.
Volvieron a tocar pero de una forma más impaciente.

-Deberías de ir a ver.-
Lo besé por última vez y él se levantó a abrir, se colocó la camisa y como aún tenía los vaqueros
no había problema con que atendiera así.

-Maldita sea, Kenny. Tengo que botar la puerta para que abras.-
Mierda, era él. Con los ojos muy abiertos y con la sabana de la cama enrollada en mi cuerpo me levanté y entré al baño.
-Joder, ¿Qué es eso?.-
Cerré pero el resto de la sabana quedó atascada en la puerta.
-Pareces un fantasma, María.-

-¿Qué hay, Brendon?.-
Dijo mi esposo.

-No mucho. Sólo quería pasar á saludar pero veo que interrumpí algo, como siempre yo de inoportuno-
No lo miraba pero sabía que estaba riendo.
-No se tarden, se supone que iríamos a la playa.-
Se escucharon pasos.
-Adiós, María.-
Yo no respondí, ¿para qué hacerlo? Ya estaba lo suficientemente avergonzada.
-Hey Kenny, espero que sea ella porque si la estas engañando esa latina te matará y no solo ella, yo..-

2▪Always You • Brendon Urie | TERMINADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora