Capítulo 5

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Muchas gracias por los comentarios y las votaciones. Espero que podáis seguir disfrutando de esta pequeña historia. 

Me he propuesto un reto. He decidido escribir un one-shot lemon de Citrus con Mei y Yuzu de 4000 palabras aproximadamente si consigo 100 votaciones en esta web. 

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Estaba estirada en mi cama pensando en los meses que siguieron después de la última carta de Mei. Repentinamente recordé un día, un día que empezó como otro cualquiera en aquella época; yo con mi nueva soledad, mi vacío y la incomprensión externa.

"Yuzu, Tadaima."

"Okaeri, Mama"

Escuché como mi madre dejaba su bolso y bolsas de la compra y abría la nevera para colocar la comida que acababa de comprar. Yo estaba leyendo un libro y no levanté la vista demasiado.

"Yuzu, ¿estás bien? Últimamente te noto un poco apagada.", decia mientras se acercaba al sofá donde yo estaba.

"Estoy bien, solo algo cansada por los exámenes.", mentí, intentando poner mi mejor sonrisa. Pero una madre conoce a su hija.

"Ya, los exámenes... Pero desde que Mei se marchó hace unos meses que siento que ya no eres la misma.", empezó a explicar.

Mei... Yo no estaba preparada para escuchar ese nombre y mucho menos para intentar tener una conversación natural sobre esa persona.

Cerré mi libro, a la vez que mis ojos. Inspiré. Dejé el libro sobre la mesa.

"Yo nunca he estado en tu situación, así que no puedo entenderte a la perfección pero imagino que perder a una hermana debe ser duro.", continuó.

"Sí...La verdad es que es duro."

Me reconfortó acariciándome la espalda y me dio unos suaves golpecitos para intentar animarme. Hubo unos momentos de silencio. Parecía que estábamos hablando de alguien que había fallecido.

"Pero Yuzu, os podéis volver a ver pronto. Seguro que si le dijeras como te sientes ella encontraría un hueco en su ocupada agenda para su hermana."

Mamá... Si tu supieras cuáles son mis sentimientos por Mei...

"Tú lo has dicho, está ocupada. No creo que tenga tiempo para mí."

Me levanté y la miré a los ojos. Ella se levantó instintivamente también.

Vi como me miraba algo extrañada. Ella me había mirado con esa mirada últimamente, confusión mezclada con una profunda preocupación.

Soy lo peor, he acabado haciendo daño a mi madre. No quiero preocuparla más pero, no puedo explicarle todo lo que hay en mi corazón. ¿Cómo podría hacerlo? No existe ninguna manera.

"Yuzu, ¿hay algo más que te preocupe? Quiero intentar ayudarte, si puedo..."

"No, de verdad. No te preocupes.", le sonreí sabiendo que mi sonrisa me delataba.

"¿Alguien te ha hecho daño?"

Miré al suelo.

"No, mamá. Pero gracias por preocuparte."

"Lo siento. No quería presionarte.", me dió un último apretón suave en el hombro y me colocó un mechón de pelo detrás de la oreja.

"Hoy prepararé yo la cena. ¿Qué te apetece?", dijo con su adorable sonrisa contagiosa. Harumin decía que tenía la misma sonrisa que mi madre, y en ese momento creí que heredar aquella sonrisa había sido una bendición.

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