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Zarek se sienta en el jergón que tiene por cama. Desde la tarde anterior fueron ubicados provisionalmente en unas cabañas a unos kilómetros de la casa principal.
No eran muy grandes pero eran de fuertes muros. En su interior había una pequeña chimenea que también se usaba como cocina.

Un ruido hace que Zarek gire la cabeza y ríe al ver al enorme de Argos tirado en el suelo.

— no tiene gracia — dice Argos frotando el chichón que seguro le sale en la cabeza.

hay otras formas de despertarse — dice estirando la mano y ayudando a Argos a ponerse en pie.

— lo sabré para la próxima — contesta Argos echándose a reír al final.

En el momento en que Argos se estiraba alguien toca a la puerta. Zarek aun partido de la risa se acerca y la abre.

Un hombre muy bajito y de edad avanzada está parado ante el. Zarek se siente aún más alto al mirarlo. Argos se acerca ejercitando el hombro dolorido por la tonta caída.

— buenos días... El señor Karsten desea verlos tras el desayuno.

— gracias, allí estaremos — dice Zarek.

El hombre sin más se vuelve y camina lentamente alejándose de la cabaña.

Zarek mira a Argos y este miraba al pequeño hombrecillo que se aleja medio corvado y sujetándose a un bastón.

— valla, no me había imaginado que el señor Karsten mantuviera contratados a hombres tan mayores — dice Argos mirando aún al pobre anciano que se marchaba muy lentamente.

— seguro que el señor Karsten es un negrero que impide que sus empleados dejen de trabajar al cumplir los setenta y cinco años — dice Zarek cerrando la puerta y riéndose por el comentario.

— te imaginas llegar a esa edad y seguir trabajando igual que cuando tenías dieciocho años — dice Argos con tono preocupado.

— yo no sé pero a ti ya te queda poco — dice Zarek.

Argos se hace el ofendido y intenta dar un puñetazo al graciosillo de su amigo.
Zarek lo esquiva fácilmente entre risas.

Tras el suculento desayuno Charissa y su tía deciden dar un paseo por las tierras

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Tras el suculento desayuno Charissa y su tía deciden dar un paseo por las tierras.

— vamos Tizón — dice Charissa al mismo tiempo en que se agarra al brazo de su tía.
— salgamos por la puerta de atrás.

Y Que Hago Si Me Gustas. Libro 2. COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora