Charissa tiene dieciséis años, Zarek ventiocho.
Ella una chica que se niega a crecer, que se niega a madurar.
El un hombre de carácter, deseado por mujeres y fuerte en sus convicciones.
Un secuestro hizo que sus caminos se cruzarán y terminarán ena...
— ¿que ha sido eso? — pregunta Argos pidiendo explicaciones a Eysan por su comportamiento.
— solo quería ver su reacción.
— ¿y te has divertido? — dice Argos apoyandose en la pared.
— con lo grande que eres me sorprende que seas tan tonto.
Argos la mira con asombro.
— ¿Porque decías que esa mujer te odiaba? Yo he visto su reacción al verme cuando te abraze.
— ¿de que hablas?
— mientras hablaba contigo yo no vi a una chica asustadiza. Ni tampoco a una mujer que tiene ante ella a su peor enemigo. Es más creo que hace ya mucho que te perdono.
— me comporte como un auténtico estúpido, no creo que me haya perdonado.
— pues yo sí creo que te perdono.
Argos mira fijamente a Eysan mientras recuerda como Aller volvió a caer en sus brazos. Fueron segundos pero la sintió, sintió cuando Aller le devolvió el beso tímidamente.
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Dorian entra en la habitación en donde Argos vela por Bahar.
— buenos días — dice acercándose a la cama.
— ¿Que haces aquí? — pregunta Argos al verlo bien temprano en ese lugar.
— el señor Karsten me mandó a la comarca y he aprovechado. ¿Cómo sigue? — dice mirándo a Bahar.
— anoche despertó llorando, pero su abuela le a dado algo para tranquilizarla— dice Argos mirando a la muchacha que permanecía insconciente.
— ¿esta noche vendrá el tipo ese no? — pregunta Dorian.
— según Elif si. Esperemos que sea un tipo con hábitos inmorales y no falte a su cita.
— quiero estar aquí. Por si acaso hago falta.
— bien — dice.
— ¿Y el capitán?.
— ¿donde va a estar? — dice con una sonrisa.
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