Charissa tiene dieciséis años, Zarek ventiocho.
Ella una chica que se niega a crecer, que se niega a madurar.
El un hombre de carácter, deseado por mujeres y fuerte en sus convicciones.
Un secuestro hizo que sus caminos se cruzarán y terminarán ena...
Argos mira fijamente la puerta principal de la casa de los Karsten. Sentía que hoy era un día de esos en el que te sale todo bien o se terminaba muerto. Iban a tomar aquella casa como en otras tantas ocasiones hicieron cuando eran parte del Lucifer, pero ahora era diferente, de algún modo aquella gente era parte de su familia, aquella casa se podía decir que también era suya.
— ya estamos todos — dice Zarek acercándose por la espalda.
Argos se vuelve y ve que Zarek no llega solo. — ¿han venido todos? — pregunta estrechando con fuerza la mano a Wally.
— todos — contesta Wally saludando a Argos. — el Lucifer al completo es y sera inquebrantable.
— pues en marcha — dice Zarek. — todos están esperando a mi señal.
Zarek se adelanta y tras el lo sigue Argos y Wally, tras salir de entre los árboles una veintena de hombres se disponen a entrar por varios puntos de la casa. — recordad. Quiero a todo el que esté dentro de la casa en el salón principal. No quiero heridos graves. Pero haced lo que tengáis que hacer para agruparlos.
Los hombres de Zarek entran por los jardines y por la puerta principal, cada uno portan grandes cuchillos y terroríficas hachas. Nada más poner un pie dentro de la casa se van encontrando con los empleados y son obligados a empujones a dirigirse al salón principal.
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— Walter. ¿Dime qué Kenan se va a poner bien? — pregunta Isaura con voz temblorosa.
— lo importante es que entre en calor, ahora solo podemos esperar a que recupere su temperatura natural. Y sería bueno que se amamantara lo antes posible.
— Dorian, ¿aún no habéis encontrado a mi hermana y a Charissa? — pregunta Evan
— algunos hombres han ido al pueblo y otros se han adentrado en la arboleda, si están dentro de las tierras las encontrarán — dice Dorian.
— bueno. Aquí ya no me necesitáis — dice Walter guardando sus utensilios en el maletín. — tengo que visitar al señor Prescod, ayer estuvo en el viejo molino y metió una pierna en un agujero. En cuanto termine con el tengo que volver al dispensario, a la tarde regresaré para ver cómo va evolucionando el pequeño Kenan.
— gracias por venir tan pronto — dice Isaura.
— este niño lo vale — dice acariciando la cabeza del niño. — bueno me voy — dice antes de dirigirse a la puerta del dormitorio.
— acompañalo Dorian — dice Evan.
— usted primero — dice Dorian.
Evan mira como Dorian y el médico salen por la puerta principal.
