Capítulo 7.

11 0 0
                                    

Ese disparó sonó por toda la cueva en la que estabamos encerrados.

- ¡¡¡N-Noooo!!!

Mis ojos se aguaron, cerré estos con fuerza dejando caer todas las lágrimas que tenía cautivas en mi retina, las lágrimas bajaban lentamente por mi mejilla dejando una húmedo camino en está.
Los ojos de mi hermana se abrieron y una línea de sangre salió de su boca, la bala había llegado justo en su cabeza lo que provocó que su cuerpo ya vacío e inservible cayera al suelo igual como antes había sucedido, su boca estaba media abierta lo que permitía la salida de sangre; su sangre, mis ojos se abrieron lentamente y mi boca fue tapada de inmediato, las lágrimas rodeaban mi mano al igual que como sucedió con mi padre, su rostro aún estaba en aquella reja de fierros doblados, mi mirada estaba completamente fija en el, esta era una mirada penetrante y furiosa, su sonrisa jamás desapareció solo desapareció su cuerpo al marcharse de aquel lugar.

- Dije que te la dejaría... Pero nunca dije que viva.

Río y dijo mientras se marchaba, yo solo me dedicaba a llorar, me levanté con poca fuerza hacía ella y la abracé como pude.

- L-Lo siento hermanita... No pude salvarte... No pude salvarte al igual que no pude salvar a papá...

Decía con lágrimas cayendo por mis mejillas, me causaba remordimiento y además temor el perder a todas las personas importantes para mi, ya había perdido a mi Madre cuando pequeño, hace una semana perdí a mi padre y ahora a mi hermana producto de él.
Mi mirada se oscureció y mi estado cambio de uno nostálgico y depresivo a uno furioso y vengativo.

- Vengaré tú muerte hermana.

Miré hacía el techo, ese techo lleno de piedras filosas, mordí mi labio inferior y dejé caer una lágrima.

- Papá... Hermana... Lo haré por ustedes...

Volví a llorar al recordar cada una de sus muertes, me dolía el hecho de perder a mis seres queridos por una razón que era desconocida para mi.

- Mamá... Te necesito tanto en estos momentos, recuerdo cuando lloraba en mi cuarto tú siempre ibas a consolarme, tú siempre me preparabas comida y me decías "la comida alegra el corazón " te gustaba verme feliz por que así tú también lo estabas... Mamá... Te extraño tanto...

Seguía llorando al recordar el rostro de mi madre, luego apareció en mi cabeza el rostro de mi padre y además el de mi hermana.

- Todo esto es por mi culpa.

Me levanté con furia y corrí hasta la reja, olvidé que mis piernas estaban atadas a una cadena gruesa, tiré de está con fuerza provocando que el candado se sobresalga, caí al suelo al está tirarme del pies, pateé y golpeé el suelo dañandome más las piernas y manos.

- ¡¡Suéltame!!, ¡Déjame ir!

Grité con la poca fuerza que me quedaba, no había dormido mucho aquella noche y menos había comido, tomé piedras pequeñas y comencé a lanzarlas contra la reja.

- ¡¡Libérame!!

Gritaba y gritaba hasta que una figura un poco más grande que la anterior apareció yo en ese momento había lanzado una piedra y está llegó en su rostro, pateó con fuerza la reja por el dolo y esta se abrió, entró con furia y velocidad y con esta misma furia tomó el candado y lo partió, mis ojos se abrieron al pensar que si acaso era uno de sus cambios de humor repentinos ya que una vez intento liberarme pero luego comenzó a retorcerce en el suelo tomando su cabello con ambas manos y pateando el suelo, eso me provocó mucho más miedo que otras veces, por la oscuridad no podía distinguir rostros solo voces, pero esté fue un caso excepcional, su olor me era familiar, fregué mis ojos con los puños y pude ver su rostro.

- ¿C-Caín?

- Dije que te ayudaría en todo Sthepen.

En ese momento parecía un ángel ante mi vista, tomó mi brazo y lo cruzó por su hombro y me llevó, me estaba liberando de aquel lugar, comencé a caminar por un camino más ancho ya fuera de la celda, mientras, caminábamos con velocidad pude observar que habían más celdas.

- E-Espera...

Me acerqué hacía las celdas más oscuras que las mías y no había nada, tres estaban vacías pero una tenía más claridad que la otra, me acerqué a la quinta, la más luminosa y había un chico amarrado igual que yo, mis ojos se abrieron y traté de abrir la reja.

- Ayúdame.. Ayúdame...

Caín se acercó a mi y comenzó a tirar de la reja junto conmigo, unos pequeños quejidos salieron de mi boca por el maltrato de mi cuerpo, luego de hacer mucha fuerza logramos abrir la reja y me acerqué al chico, este era idéntico a mi por lo que retrocedí cayendo de trasero en el suelo, ambos abrimos los ojos y tapamos nuestras bocas simultáneamente.

- ¿Quién eres tú?

- ¿Quién eres tú?

Dijimos al uniso lo que provocó que abriéramos más nuestras bocas.

- Oh... Por... Dios

Dijo Caín acercándose a nosotros, mirando a ambos constantemente, su mirada pasaba de uno a otro y su boca se abría más y más y apuntaba a cada rostro.

- Por favor... Sáquenme de aquí.

Dijo el contrario en un tono frágil, asentí y comencé a tirar de la cadena, apreté mis labios y cerré mis ojos y al igual que Caín logré destrozar el candado, él me quedó mirando al igual que Caín y luego lo levanté.

- Me llamo Sthepen.

- Yo me llamo Maxwell.

Tomé uno de sus brazos y lo pasé por mi hombro al ver que una de sus piernas estaba un poco cortada, Caín tomó del otro extremo y corrimos hasta la salida, mientras corríamos mi vista se dirigió hasta un objeto brillante en el suelo, tomé este con rapidez y seguimos corriendo hasta ver lo que hace mucho no podía, la luz, mis ojos se casí cerraron al igual que los de Maxwell, pusimos nuestro brazo sobre nuestra vista para luego poder acostumbrarnos mientras que Caín nos dirigía, dimos una vuelta al lugar para ir hacía donde estaba Evan quien nos hacía señales de que nos apresuraramos para que no nos encontrarán, corrimos con todas nuestras fuerzas y al llegar a donde el estaba lo abracé con fuerza.

- Te extrañé mucho Evan.

Dije con lágrimas en los ojos.

- ¡Cuidado!.

- ¡Sthepen!

Otro disparó se escuchó y sentí nuestros cuerpos saltar, llevé mi mano a mi abdomen observando sangre es esta al sacarla.

- S-Sthepen...

Él DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora