02 | Siempre me convences

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-Pues no me queda de otra- le dije

-Tranquila, no te voy a hacer nada, ya el cricket me amenazó para que ni te tocara!-me dijo

Me levanté de la banca, sorpresiva y caballerosamente Cornelio tomó mis maletas para llevarlas al auto.

Caminamos en silencio hasta la salida, pero tuve que hablar.

-Y Abraham no es mi papá, por si no lo sabías, yo decido con quien puedo salir, hablar y lo que yo quiera- solté

Cornelio quedó un poco sorprendido.

-No pues, que bueno que lo dices, así si puedo ligarte, ¿qué no?

Al escuchar esas últimas palabras de Cornelio no supe que decir más, es que no se si es por arrogante, egocéntrico, sarcástico, bromista, o si lo decía en serio, pero que más da, supongo que el tiene a las chicas que quiere, y no pienso estar en la lista de chicas que han pasado por su cama.

-¿Así coqueteas con cada chica que se te pasa en frente? Dije un poco molesta.

Cornelio iba a hablar pero le hice una seña con la mano para que ni hablara, si salía con otra tontería me iba a sacar de quicio.

Llegamos al auto, que era camioneta, Cornelio puso las maletas en la caja de la camioneta, se subió y sólo me abrió la puerta desde adentro, creo que se enojó.

Me subí a la camioneta, y arrancó.

Cornelio y yo ibamos más callados que un muerto, creo que tal vez me porté mala onda con él.

Así fue todo el camino, hasta que llegamos a la casa de los chicos, y con los chicos, me refiero a memo y a mi primo, que era precisamente un departamento, por fuera muy bonito.

Vega se bajó de la camioneta, así que yo también lo hice, bajó las maletas y subió por unas escaleras, supongo que el departamento estaba en segundo piso, yo lo seguí; se paró en la puerta del que evidentemente era el depa, abrió y entramos.

Cornelio había entrado a la que parecía ser la cocina y yo me senté en el sillón de la sala.

Estaba mirando mi celular y sentí a alguien entrando a la sala.

Éra él. Ahí estaba. Sentado en el mismo sillón que yo.

Cornelio prendió la tele.

Ninguno hablaba, yo me sentía mal por como me había comportado, y no me contuve a hablar.

-Oye Cornelio... bueno yo... solo quería disculparme por lo de hace rato, es que así soy yo, a vec...- no pude contuniar porque Vega me interrumpió.

-Shh tranquila, ya olvidelo- dijo poniendo su dedo índice en mi boca indicandome que no dijera más- yo soy el que debo pedir disculpas, tal vez lo que te dije te incomodó.

Ambos nos dimos una sonrisa

-Ya, disculpas aceptadas-

-Espero que también aceptes ser mi amiga eh-

-Claro...- dije incómoda.

-Ta bueno si no quiere pues no- dijo riéndo.

-No es eso, es que...-

-¿Por qué me odias?-

-Como te voy a odiar, loco- le dije y me reí

Iba a decirle todo lo que pensaba de él, que no sabía si decía las cosas en serio o por broma, pero decidí que era mejor conocerlo y después juzgarlo.

-¿Entonces?- preguntó sacándome de mis pensamientos.

-Sólo olvidalo, comencemos de cero-

-A ver, soy Coronel Vega, pero me puedes decir amor de mi vida- dijo y se rió

Yo también me reí.

-Soy Andrea Reyes Libralesso, puedes decirme la más hemosa del mundo si quieres- dije riendo

-Encantado de conocerla señorita Andrea, tiene un hermoso nombre-

Me reí ante su supuesta formalidad.

-Cuéntame, ¿por qué estás aqui?- me dijo

-Pues, no hay mucho que decir, ya me irás conociendo-

-Empecemos ahora, ¿quieres comer? Ya sabes para que conozcas la ciudad, y la comida-

-No creo, mira la facha que traigo y ésta cara- dije riéndo un poco.

-Ándale ya, tu dijiste que eres la más hermosa-

Es cierto, lo dije hace no más de 5 minutos.

-Siempre me convences, Coronel Vega, dame 5 minutos-

-Ya está-

Saqué de mi maleta algo para ponerme, busqué algo simple así que saqué un pantalón de mezclilla un poco rasgado, un crop top blanco que dejaba a la vista mi perfo y unos vans negros. Me maquillé y me solté el cabello.

Cornelio

Éstoy bien pendejo, si ya se que las morras se tardan un chingo, la plebe no había tardado 5 minutos, ya va como media hora.

Andrea

Terminé de cepillarme el cabello y espero que Cornelio no se haya ido sin mi, porque ya me tardé más de 5 minutos.

Me fuí a la sala otra vez, y afortunadamente ahí seguía ahí.

-Ya estoy lista, Coronel- dije

-Nombre, ya pensé que ibamos a ir a cenar o que te habías arrepentido- me dijo.

-Pues vámonos antes de que me arrepienta de salir contigo- dije

Éste se paró del sillón y me abrió la puerta para salir de la casa. Después me abrió la puerta de la camioneta demasiado caballeroso, es bipolar éste.

Ibamos ya por las calles de Obregón.

-¿Quieres tacos?- dijo

-Pues claro, no vengo desde Italia para comer pizza- dije sarcástica

Nos reímos.

-Bueno ya llegamos-

-¿En serio? Qué rápido-

Volteó a verme y me guiñó el ojo.

Estacionó la camioneta, entramos al lugar y un montón de gente, sobre todo niñas lo reconocieron, corrieron hacia él como si de eso dependiera su vida, y bueno, yo termine arrasada por ellas.

Cornelio les firmaba donde podía y se sacaba fotos con sus fans, era muy amable y entonces ahora sí todo lo malo que pensaba sobre el comenzaba a desaparecer.

Se veía guapísimo rodeado de niñas, unas bien chiquitas.

Esperen ¿qué? Dije que está guapísimo...

Cornelio terminó y se acercó a mi, y ne tomó del brazo.

-Vamos a sentarnos de una vez, y perdón- me dijo

Solo asentí y nos sentamos en una mesa vacía.

La mesera se acercó, hicimos nuestro pedido y lo recibimos.

Estabamos comiendo, Cornelio era muy bromista, y los tacos riquísimos, pero picantes, nada que ver con lo que hay en Italia.

Ya habían pasado unos 20 minutos y había una chica que no dejaba de ver a Cornelio.

-Desde que llegamos, esa tipa está que te come con la mirada- dije y le señalé con la vista la mesa de la chica.

-¿Y te molesta?-

-Claro que no, te debería molestar a ti-

-Pues no, es guapa, tal vez yo también la voy a mirar-

-¿Qué? Calla y come Vega-

-Creo que alguien está celosa-

Lo ignoré por completo, como iba a estar celosa, lo acabo de conocer, además, yo jamás me enamoraría de él.

-Irela no se enfade Andy- solo bromeaba.

Lo seguí ignorando

Nuestro Destino | Cornelio Vega JrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora