Nuestro Destino | Cornelio Vega Jr

14 |Es hora de mimir

-Si te lo pones para mi no hay pedo, pero está muy apretado, muy corto y el escote muy llamativo como para que otros weyes te vean así- dijo Cornelio mientas me veía el escote

-Ah, ¿en serio?- dije inocente -ese pantalón que traes está muy pegado también y yo no digo nada-

Si Cornelio me provoca, haré lo mismo.

-Es diferente huerquilla a mi no me va a querer violar nadie- dijo riéndo

-¿Y a mi sí?- dije con un tono más seductor

-Con una plebe así enfrente a cualquiera le dan ganas- dijo y seguía mirándome el escote como un idiota

Vamos a jugar un poquito con Vega.

Me acerqué a él.

-¿Y podras aguantarte? Porque yo no- dije y le apreté una nalga

Cornelio se sorpendió por lo que hice y me miró pervertido.

-Es que con ese pantalón a cualquiera le dan ganas- dije

Puso sus manos en mi cintura y empezamos a besarnos, llevé mis manos hasta su cuello, en cambio él las bajó hasta mi trasero e hizo lo que yo le había hecho a él, estábamos cuerpo a cuerpo y sentí el incremento en su entrepierna.
Levantó mi vestido y siguió dando apretones, parecía que el pantalón le iban a explotar por como iba aumentando el bulto.

Ésto se siente muy bien.

Seguíamos besándonos y ya nos dabamos moridas el uno al otro.

Subí mis manos y pasaba mis dedos entre el cabello chino de Cornelio, con una mano me tomo de la cara intensificando el beso y la otra la llevó hasta mis pechos.

Comenzó a apretar justo como lo estaba haciéndo antes, me encanta ésto y ya no sé si quiero parar.

Cornelio empezó a retroceder para el sillón y yo le seguí el paso, me dejó caer levemente y se puso encima de mi, cuidando no aplastarme, bajó sus labios hasta mi cuello besándo, lamiendo y succionando mi piel.

No me quedaba atrás, pero Cornelio estaba excitadísimo.

Me separé de él.

-Es hora de mimir, Lito- dije y me paré acomodándome el vestido y el cabello

-Ah no, ahora no me vas a dejar así- me respondió riéndo y se señaló el tremedo paquetote que se le había formado

-¿Cuánto a que sí?- dije riéndo y fuí por mi pijama

Cornelio se paró detras de mi otra vez.

-Eres mala, Reyes, pero ésta me la debes- me dijo y dió un último apretón a mi trasero

Los dos nos reímos.

Nos pusimos las pijamas y nos fuimos al cuarto a platicar para ya dormir, era casi la 1 am.

Platicamos de varias cosas, entre ellas que me quiere llevar a su casa a comer, para que conozca a su familia.

Cornelio ya se estaba quedándo dormido y yo tenía mucha sed, así que bajé a la cocina a buscar agua.

Estaba buscando agua pero no había, lo más raro es que sólo encontre botellas, tequila, mezcal, vodka, ron..., había de todo, menos agua.

Después de buscar como loca, y de encontrar marihuana y cigarros, en una alacena encontré una botellita de agua, estaba pequeña pero de algo a nada...

La fogata aún estaba encendida bajo la chimenea, así que moví un tapete para sentarme en frente del fuego, no tenía sueño.

Cuando moví el tapete, debajo de éste había unas letras talladas en el piso de madera, decía "CFS" no entendía lo que era.

La verdad me desconcertó lo que encontré, y no se por qué comencé a ponerme nerviosa.

Traté de controlarme, así que me senté en el tapete admirando la chimenea.

Llevába ya unos 20 minutos así, no dejaba de pensar cuándo ha cambiado mi vida desde que llegué a México, y más que nada lo digo por Cornelio.

Había un silencio profundo en toda la cabaña, sólo Cornelio y yo estabamos aquí, agregándo que estamos en medio de la nada, yo bebía del agua hasta que el ruido de varios motores de carros rompiéron el silencio.

Por impulso fui a asomarme a la ventana rápidamente, y efectivamente había camionetas y motos acercándose a la entrada, se veían de lejos por el caminito.

Y entonces ví algo. Sentí como el corazón me latía, más rápido de lo que es saludable.

Corrí al cuarto por Cornelio... sentí el miedo en su estado puro recorrer mi cuerpo.

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