13 | Adriel Favela

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El remordimiento inundaba todo mi ser, seguía sin creer lo tonta que puedo llegar a ser, y lo peor es que no se puedo hacer de emoción por la foto que había subido a instagram con la vieja esa.

Cornelio me miró por última vez, me sonrió y se bajó de la camioneta.

Llegó hasta la puerta de mi lado y la abrió caballerosamente, déjenme decir que me encanta éste Cornelio Vega con olor a whisky y cigarro, le da un toque sexy.

Me bajé de la "troca" como dicen acá en México, y Cornelio sacó de la caja una maleta.

Parecía que estábamos en medio de la nada, hasta que pude darme cuenta que había unos caminitos hechos de piedras, y la arena más aplanada.

-¿Dónde estámos?- pregunté

-Cuando iba de camino del aeropuerto al hotel, pasé por aquí, y le pregunté a los de la gasolinera si sabían que era, y me dijeron que es una cabaña, se renta obviamente, y la renté para nosotros ¿jalas o nos regresamos al hotel?- dijo

-Pues yo jalo, pero, ¿es seguro?

-Simón morrilla, siempre que esté contigo ten por seguro que nada malo te pasará- dijo

-Ya estás- dije y deposité un beso en su cachete

-¿Y qué camino es?- pregunté

-Pues, la neta no sabía que había dos caminos, pero ha de ser éste que está mas aluzado- dijo pensativo

Cornelio me tomó de la mano, y una corriente eléctrica me recorrió todo el cuerpo, qué sensasión más bonita caray, comenzamos a caminar, estaba oscuro y juraría que si no fuera con Cornelio, no me atrevería a pasar por aquí.

A lo lejos se veía mucha luz.

Llegamos. Estábamos en frente de una Hermosa cabaña, mucho mejor de lo que esperaba.

-¡A la verga!- dije- Jazmín me había enseñado frases y groserías mexicanas que aún no me sabía

-Irela que groserita me salió- dijo Cornelio riéndo

-Está hermosa Cornelio, ¿cuánto pagaste por la noche aquí?- dije

-La neta no me creerías, no es ni la mitad de lo que cobraría yo por ésto-

Cornelio

Estaba muy chilo todo, lo mejor de la noche es que estaba con mi chaparra.

La tomé una vez más de la mano, y caminamos hasta la entrada, el señor de la caceta de la gasolinera me había explicado como abrir, no me dió llave, la puerta estaba truqueada.

Apenas iba a abrir cuando la puerta ya estaba abierta, que raro.

Entramos y estaba mejor que la vista de afuera, todo rúsutico, demasiado cómodo.

-¿Te gusta?- dije

-Me encanta Cornelio-

-¿Más que yo?-

-Mmm, un poquito- dijo

Andrea

Cornelio hizo cara de enojado cuando le dije, pero estábamos bromeando.

-Sólo un poquito, neta- dije

-¿Ah sí?- me dijo

-Sí- le dije retándolo y levanté una ceja

Cornelio me tiró al sillón y me hizo cosquillas, para mi horrible suerte yo soy súper cosquillenta.

Les juro que ya estaba llorando de risa.

Nuestro Destino | Cornelio Vega JrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora