Acosado Por Un Psicópata [BL]

Capítulo 29

Todo era oscuro, no podía ver nada sin importar donde mirara. ¿He muerto? El dolor de haber sido apuñalado con un cuchillo aún estaba fresco en mi mente.

Nunca pensé que esa chica me atacaría de la nada. Era claro que ella era la persona que ha estado ayudando a William en todo esto, pero según sus palabras, todo es por su hermano que se encuentra en manos de William. Me gustaría poder culparla por todo esto al ser cómplice, pero no le encontraba sentido. Eso no traería de vuelta a la vida a los que han muerto.

Era asfixiante, la oscuridad y el silencio parecían devorarme lentamente mientras recordaba los rostros de las personas que han muerto por mi culpa.

Sentía sus manos agarrar mis piernas, arrastrándome profundo en la oscuridad para que los acompañe. Veía sus rostros; Drake, Gilbert, Lisa, el director, mi padre, y Jack. Todos me miraban con sus ojos sin vida, diciendo palabras que no lograba entender.

Sin importar cuánto intentara no verlos, aparecían en todos lados. No podía escapar de ellos.

Creí que no había forma de escapar, hasta que Jack se acercó a mi lado. Su rostro ya no lucía sin vida, era como la última vez que lo ví. Me sonreía gentilmente mientras tomaba mi mano y me alejaba de los cuerpos que me arrastraban hacia la oscuridad.

La forma en la que me miraba me hizo recordar lo seguro que me sentía al estar rodeado en sus brazos. Extrañaba ese sentimiento que tal vez nunca volvería a sentir.

Miré a Jack, quien me sostenía en sus brazos, intentando comprender qué era lo que me decía. Al notar como no parecía escucharlo, sonrió y acarició mi rostro con su mano. Luego acercó su rostro a mi oreja, susurrando palabras que finalmente logré comprender antes de alejarse y desaparecer.

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Al volver abrir los ojos, la oscuridad que me rodeaba fue reemplazada por un techo blanco y el sonido de una máquina a mi lado. Intenté mover mi cuerpo pero el dolor en mi abdomen me detuvo, por lo que me dediqué solo a mirar desde la cama el lugar donde estaba; era un hospital.

Por un momento había pensado que despertaría en la habitación rodeado de peluches como la otra vez. No lograba entender cómo llegué al hospital, lejos del alcance de William.

Un doctor, al escuchar el movimiento en la cama, se acercó a mi lado.

—Vaya, has despertado antes de lo esperado —comentó—. Te recomiendo que no te muevas mucho, la herida en tu abdomen puede volver abrirse y tuviste un golpe en la parte trasera de tu cabeza, por lo que puedes sentir algunos mareos y dolores de cabeza.

Efectivamente, me sentía mareado y mi cabeza dolía en este momento, pero necesitaba salir de aquí lo antes posible. Tenía algo que hacer.

Intenté levantarme de la cama, ignorando las advertencias del doctor, para salir del hospital. Antes de poder siquiera salir de la cama, un hombre entró a la habitación del hospital y se detuvo frente a mí.

—¿Basil Hawk? No puedo permitir que salgas del hospital sin antes responder algunas preguntas sobre el caso.

Miré confundido al hombre hasta que lo vi sacar una placa de su bolsillo; era un policía.