Bebé koala

432 63 9
                                    


Seokjin tuvo un día libre, y al siguiente tenía que dar clases nuevamente. Tuvo todo el día anterior para relajarse, y mantener la cabeza fría.

Seguramente Jungkook le estaba jugando una broma, pensó, mientras le agarraba calor de nuevo. No podía dejarse llevar por las ocurrencias de su alumno. Él era el profesor, tenía que mantenerse serio y centrado en clase, no podía dejar que ese muchachito lo distrajese. Por muy lindo que le pareciera. Por más que quisiera quedarse mirando esos ojitos de perro mojado todo el día.

-¡No! –dijo en voz alta Jin, levantándose finalmente de su cama. Ese día tenía clase en la última hora del día. Un viernes. Los alumnos iban a estar muy alterados porque ya casi era fin de semana, pero bueno, él podía con eso.

Se levantó, y se preparó el desayuno. Revisó el celular, que había dejado cargando desde el día anterior, y se puso blanco cuando vió 13 llamadas perdidas de Yoongi.

- Ay no, me va a matar.. –se dijo Jin, mientras devolvía la llamada.

- Maldito seas, Seokjin! –se escuchó la voz enojada de Yoongi del otro lado- 13 veces te llame! TRECE! Como un idiota!

- Perdón, Yoongi! –se disculpó, Jin- puse el celular a cargar y me olvidé de prenderlo.

- TRECE!

- Perdón! –rogó Jin.

Silencio del otro lado del teléfono.

- Yoongi? –susurró Jin- Querés venir a desayunar?

- Bueno- dijo Yoongi, mientras abría la puerta del frente.

Min Yoongi vivía al final del pasillo. Se habían conocido hace unos meses cuando Seokjin y él se habían quedado atrapados en el ascensor. El malhumor de Yoongi, en vez de poner nervioso a Jin, como al resto de las personas, le daban ganas de hacerlo reir. Nunca lo lograba, y si lo hacía, Yoongi se aseguraba de no demostrárselo. Pero se llevaban bien, eran como el Yin y el Yang. Uno alto, pelo oscuro, y risa contagiosa; el otro bajito, pelo y piel claras, y agrio como el limón, pero dulce cuando quería.

Yoongi se sentó al lado de Jin, y empezó a ponerle dulce a las tostadas.

- ¿Cómo fue tu primera clase?- preguntó, pasándole la primera tostada a Jin.

- Bien.. choqué a uno de mis alumnos con la bici antes de entrar –respondió Jin, sirviéndole café.

Yoongi se llevó una palma a la frente, y disimuló la risa.

- No me lo esperaba, pero no me sorprende que te pase algo así.

- Gracias, Yoongi..

- De nada. ¿Te lastimaste? –preguntó Yoongi, mirándolo con atención.

- No, no. Y Jungkookie tampoco, por suerte –dijo Jin, sintiendo cómo se le ponía roja la cara.

- ¿Jungkookie, eh? –lo miró de reojo- ¿Qué tal tus alumnos?

- Lind.. Bien, osea.. –se atragantó con una tostada- Buenos, sí.. Sí.

- Te acompaño! –dijo de pronto, Yoongi, levantándose de un salto.

- Eh? No, no terminé de desayunar.

- Sí, terminaste! –dijo Yoongi, agarrándolo de un brazo a Jin y poniéndolo de pie, obligándolo a ir a la pieza- Cambiate!

- El desayuno es la comida más importante del día, Yoongi! –gritó Jin- Todavía tengo hambre!

- Siempre tenés hambre!





Los dos salieron del edificio, y Yoongi se subió a la parte trasera de la bicicleta. Jin empezó a pedalear, y sintió como Yoongi lo abrazaba con fuerza para no caerse.

- Jijiji, me hacés cosquillas Yoongi –dijo Jin, riéndo.

- Callate que me caigo, Jin –dijo Yoongi, apretándose más a Jin. De a ratos miraba por encima de su hombro, pero se mareaba, así que simplemente cerraba los ojos, y escondía el rostro en la espalda de su amigo.

Llegaron al Instituto, y Yoongi insistió en entrar.

- Ves? Si venís conmigo no atropellás a nadie, Jin –dijo, muy serio, Yoongi, mientras los dos subían las escaleras.

- Es que me das suerte, bebé.

- Bebé?! –gritó Yoongi- desde cuándo me decís bebé?

- Desde que hoy me abrazaste tan fuerte para no caerte, como un bebé koala –dijo Jin, sonriéndole a Yoongi que lo miraba con cara de asco.

- Te odio.

Doblaron la esquina del pasillo, y se encontraron de frente con Jungkook y un sonriente Taehyung.

- Buen día, profe! –dijo Taehyung, con una enorme sonrisa- Justo hablábamos de usted!

Jungkook lo miraba sonriendo con sus ojitos brillando, y Jin sintió calores de vuelta.

"No, Jin! Concentrate!", pensó.

-Ah! Jungkookie! –exclamó Yoongi, señalándolo a Jungkook.

Jin no sabía dónde meterse. Jungkook lo miró a Yoongi, y después a él, mientras Tae hacía "Ohhh" por detrás.

- Sí, ¿cómo sabés mi nombre? –preguntó Jungkook, mirando a Yoongi con curiosidad.

- Tengo un sexto sentido –dijo Yoongi, muy orgulloso de sí mismo.- Ahora si me disculpan, me tendría que ir a dar clases.

- Oh! De qué? –preguntó Tae.

- Soy profesor de música, empiezo hoy!

- Eh?! –gritó sorprendido Jin, mirándolo a Yoongi.

- Llevame a la vuelta, eh, Jin? –dijo Yoongi, volviendo a bajar la escalera- Nos vemos, bebé!

- Bebé? –susurró Jungkook, mientras Tae lo agarraba de la mano y se lo llevaba de ahí.

Jin se quedó mirando como la cabecita rubia de Yoongi desaparecía piso abajo, y él se quedaba solo en el pasillo.

"Min Yoongi, qué..", pensó, confundido.

Profesor Kim Seok Jin - Escritura CreativaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora