✳t r e c e✳

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El chico lava-ventanas.

||MayuAka||
#13


" —¿Siempre eres así de cariñoso?

El ascensor se detuvo y antes de que las puertas se abrieran, Seijūrõ besó castamente los labios húmedos de Mayuzumi. Le sonrió ladinamente antes de salir de allí seguido del peliplata.

—No, en realidad. —respondió.

—Entonces, ¿qué fue eso?

Mayuzumi lo observaba con una pequeña sonrisa y una de sus cejas alzada. Akashi sentía su corazón acelerado y una sensación burbujeante en su interior. Se preguntaba de dónde había reunido valor para hacer lo que acababa de hacer.

—¿Acaso te molestó?

Chihiro tomó su mano obligandolo a voltear y mirarlo a los ojos. Seijūrõ suspiró cuando una ligera corriente eléctrica lo recorrió por completo al reparar en el contacto con la tersa piel del chico.

—Sólo me tomaste por sorpresa, pequeño. —le acarició el dorso de las manos con cierta delicadeza —Está bien.

El sonrojo se hizo presente en las mejillas del pelirrojo y asintió."

Miró hacia afuera desde la ventana. Las hojas de los árboles caían al suelo creando el típico paisaje otoñal que tanto le agradaba. El viento soplaba de vez en cuando llevándose algunas hojas consigo a quién sabe dónde.

Terminó de colocarse un suéter negro sobre la camiseta y sonrió ante la calidez de la prenda, pero lo hizo aún más al pensar en los brazos de Chihiro; fuertes, protectores y cómodos, su nuevo lugar favorito.

Una sensación reconfortante se instaló en su pecho al pensar en él. En su sonrisa, en la confianza que irradiaban sus ojos, en sus suaves labios y voz arrulladora.

Lo vería ese día y la emoción se desprendía de cada poro de su ser. Le encantaba pasar tiempo con él. Tomó sus cosas de la cómoda junto a una chaqueta y salió de su cuarto hacia la sala, donde su móvil comenzó a sonar y su padre lo observó con curiosidad.

Tragó saliva y observó el remitente: Chico fantasma♡

No contestaria, no ahora.

—¿Ocurre algo, Seijūrõ? —preguntó su padre con el ceño levemente fruncido.

—En absoluto.

El móvil sonó otra vez. Suspiró.

—¿Por qué no contestas?

Seijūrõ hizo una mueca con sus labios mirando el aparato sonar. Mejor lo hacía, no quería ser sometido a interrogatorio luego.

—¿Diga?

Uf, eso sonó muy ¿profesional?

¿Pasa algo? —apretó sus labios para no sonreír.

Hum.. sí. Verás, mi hermana tiene trabajo y no tiene con quién dejar a su hijo así que, como última opción, recurrió a mí.

¿Entonces?

Su padre lo observaba fijamente, pero sin lograr incomodarlo. Después de todo, estaba acostumbrado.

Pues eso, debo cuidarlo y no estaba seguro de si podíamos llevarlo con nosotros por ahí o si preferias dejarlo para otro día...

Seijūrõ asintió aunque el chico al otro lado de la línea no pudiese verlo. Cambió su peso de un pie a otro y miró brevemente a su padre. Definitivamente, no tenía deseos de quedarse en casa si él estaría allí.

el chico lava-ventanas; mayuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora