✳d i e c i s i e t e✳

315 56 53
                                    

El chico lava-ventanas.

||MayuAka||
#17


Apenas estuvo cerca de Akashi, Mayuzumi extendió uno de sus largos brazos para alcanzar la mano del menor y atraerlo a sí mismo en un abrazo. El pelirrojo se sonrojó pero sonrió contra el pecho del chico y aspiró su aroma.

—Te he echado de menos. —le susurró Mayuzumi antes de besar su coronilla.

Seijūrõ sintió la calidez instalándose en su corazón. Él también lo había extrañado, para él se había vuelto una necesidad el tenerlo cerca.

—Ven, estoy hambriento. —dijo separandolo de su cuerpo pero sin romper la unión de sus manos —Apuesto a que tú igual.

Seijūrõ asintió con una pequeña sonrisa y ambos se dirigieron a la salida del edificio para almorzar en el restaurante de la esquina donde siempre iba con Mibuchi. Una vez allí, se sentaron lejos de las demás mesas para poder tener algo de tranquilidad, pidieron algo ligero para comer y se dedicaron a lanzarse miraditas y comentarios estúpidos que los hacían reír.

—¿Has sabido de Asahi últimamente? —preguntó Akashi.

—Sí, me llamó ayer en la tarde preguntando por ti. —respondió poniendo los ojos en blanco. El pelirrojo rio —Pensé seriamente en darle tu número, todo el tiempo hablandome de ti.

—Oh, daselo por favor.

—¡Ninguno de los dos volvería a hablarme!

Akashi volvió a reír cubriendo su boca con una de sus manos. Lo hacía cuando la risa era demasiado ruidosa o no podía parar. Mayuzumi tan sólo sonrió y se dedicó a observarlo con un brillo en los ojos que delataba lo mucho que le gustaba el chico frente a él.

Seijūrõ suspiró tras unos segundos y conectó su mirada con la de Chihiro. Le encantaban sus ojos grises, eran profundos y tan difíciles de descifrar que no le importaría pasarse horas intentando descubrir algo. Desde el primer momento en que los vio, algo en su interior se removió con fuerza y sintió una atracción que jamás había experimentado. No lo entendía y era muy confuso, temía las sensaciones que ese chico le provocaba. Incluso ahora le resultaba increíble como con sólo una sonrisa lo volvía loco.

—Seijūrõ.

Mordió su labio inferior.

—Me gustas mucho.

Seijūrõ bajó la vista de inmediato y la mantuvo clavada en la mesa mientras el mesero acomodaba la comida que habían ordenado y Chihiro le agradecía. Sus mejillas estaban calientes y sintió su corazón acelerarse cuando el chico frente a él movió su silla hasta su lado.

—¿Q..qué..?

—Di ahh —dijo extendiendo en su dirección los palillos con un trozo de carne entre ellos.

El pelirrojo se quedó estático alternando únicamente la mirada entre el chico y la comida. ¿Acaso pensaba darle de comer como si fuera un niño? Mayuzumi, por su parte, parecía ir totalmente enserio ya que esperaba pacientemente a que Akashi acatara la petición.

A..ahh..

Chihiro retuvo una carcajada y dejó la carne en la boca del pelirrojo quien, con resignación, masticó. Estaba bueno. Tomó sus propios palillos y procedió a comer por su cuenta. Pensó en hacer lo mismo que Chihiro, pero estaba demasiado avergonzado.

—Eres lindo. —murmuró el peliplata picando la mejilla llena de comida de Seijūrõ con uno de los palillos. Éste frunció el ceño y lo apartó de un manotazo.

el chico lava-ventanas; mayuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora