✳extra #2✳

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Mi chico lava-ventanas.


Sintió cómo algo suave y peludo se paseaba entre sus piernas, miró hacia abajo y sonrió antes de dejar una caricia sobre el lomo del animal.

—¿Tienes hambre? —preguntó al gato recibiendo un ronroneo como respuesta —. Debes esperar, Chihiro llegará pronto y podremos comer todos juntos.

El gato subió a una de las sillas y se quedó sentado esperando a su otro dueño. Mientras, Akashi Seijūrõ terminaba de preparar la cena y chequeaba mensajes de su asistente ejecutivo sobre unos documentos que debía revisar. Suspiró cansado dejando el móvil sobre la encimera. Lo único que deseaba en ese momento era acurrucarse junto a su novio en la cama y no moverse de allí en todo el fin de semana.

El sonido de la puerta lo hizo sonreír y se sintió en casa cuando oyó la voz del mayor a sus espaldas.

—Amor, ya estoy aquí.

—Hey —volteó a verlo sin dejar de sonreír y siendo correspondido —. ¿Qué tal tu día?

—Muy largo —respondió envolviendo al pelirrojo en un abrazo —. Te eché de menos.

Ambos acercaron sus rostros hasta eliminar la distancia que existía entre ellos fundiendose en un beso tierno y paciente. Las manos de Seijūrõ se desplazaron a la nuca del peliplata mientras que éste mantenía el agarre en su cintura. Entre beso y beso, suspiraban y sonreían, siendo felices con el contacto ajeno y las sensaciones que afloraban en su interior.

Debido a sus respectivos trabajos; Akashi en la empresa y Mayuzumi en una editorial, no se veían en todo el día y esperaban este instante con ansias para poder estar juntos. La verdad es que eran una pareja bastante cariñosa y unida a pesar de los años, los cuales no hicieron más que afianzar el amor que se tienen.

—La cena... —susurró el pelirrojo intentando apartarse un poco del mayor, sin embargo, recibió múltiples besitos por todo su rostro sonrojado —. ¡Espera, no! ¡Basta! —reía tratando de retroceder.

—Tan lindo —murmuró Chihiro. Besó su frente —. Te amo.

—Y yo te amo a ti, cariño —sonrió dejando un último beso sobre los labios de su chico —. Ya sirvo la comida. Ah, y no olvides acariciar a Mochi.

Mayuzumi observó al gato sobre la silla, se acercó a él y lo cargó en sus brazos meciendolo de un lado a otro. Le encantaban los gatos, por eso tenían uno de mascota, y por eso amaba cuando su novio se comportaba como uno.

"Seijūrõ se sentó a su lado en la cama con semblante adormilado y el cabello alborotado y húmedo. Acababa de salir de la ducha.

—¿Listo para dormir, pequeño? —preguntó Mayuzumi quitándose las gafas y dejando el libro que leía sobre la mesita de luz.

El pelirrojo asintió dejando caer su cabeza en el pecho del mayor y comenzando a restregar su rostro sobre éste. El peliplata alzó una ceja antes de llevar una de sus manos a su nuca y dejar suaves caricias.

—Pareces un gatito —sonrió."

—Hola, Mochi. —El gato maulló y el ojigris sonrió —Bonito. ¿Quieres comer? Tranquilo, Sei te alimentará mientras voy al baño.

Y así, los tres integrantes de aquella pequeña familia cenaron juntos entre anécdotas de su día y sonrisas cargadas de cariño; luego Chihiro se encargó de lavar los platos mientras que Seijūrõ terminaba de una buena vez con un par de documentos que Reo le había hecho revisar. Estiró sus brazos una vez que acabó dejando salir un gruñido cansado.

el chico lava-ventanas; mayuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora