✳d i e z✳

408 65 153
                                    

El chico lava-ventanas.

||MayuAka||
#10


Akashi Seijūrõ corría de un lado a otro por su habitación mientras murmuraba en voz baja y arrojaba ropa por todas partes. Cualquiera pensaría que se había vuelto loco, y en parte así era, o que buscaba algo con desesperación, lo cual era masomenos cierto; pero la razón de su crisis nerviosa era que...

...no tenía idea de qué ponerse para su cita.

—Sei-chan, tranquilo. —le decía Mibuchi desde la pantalla de su laptop. Estaban teniendo una video-llamada a causa de dicha crisis —Saldrán a andar en bicicleta, no a cenar con el presidente.

Seijūrõ suspiró secando el sudor de sus manos en el pijama que llevaba en ese momento. Le quedaba una hora para prepararse y ni siquiera se había duchado aún. Miró a Reo con una expresión frustrada.

—¡Ese es el problema! —exclamó alzando ambos brazos al aire, para dar énfasis —Siempre me visto como si fuera a ver al presidente. La ropa casual en mi armario es, prácticamente, nula.

Se dejó caer en la cama con toda la ropa desperdigada a su alrededor mientras que Mibuchi rodaba los ojos y bufaba. Ese chico le impacientaba, tenía deseos de golpearlo a veces. Sin embargo, lo entendía e intentaba mostrarle empatía; a Akashi Seijūrõ le gustaba alguien en verdad, sus nervios eran evidentes.

Pero tenía que calmarse.

—Sólo ponte los jeans más cómodos que tengas, camiseta, sudadera y zapatillas. —dijo el pelinegro tecleando en su celular, un poco aburrido de tratar con el pelirrojo —No tienes todo el día, mejor te apresuras.

—¡Maldición, es cierto! —se levantó de un salto tras verificar el reloj que se hallaba en su cómoda.

Corrió al baño de su habitación para ducharse, dejando a Reo solo y con una mueca indignada, pero no discutió y optó por esperarlo.

"Unos golpecitos en la ventana que se encontraba a sus espaldas lo sobresaltó antes de que una boba sonrisita se formara en sus labios. Volteó dejando de lado sus documentos y se acercó al chico lava-ventanas que colgaba de un arnés como cada día.

—Hola, pequeño fastidioso. —dijo en cuanto el pelirrojo abrió la ventana.

—Hola, Chico Fantasma. —se cruzó de brazos en el marco de la ventana —¿Me echaste de menos?

—Esa es mi frase, rojito. Consigue la tuya. —dijo burlón mientras acomodaba su cabello —Aunque... a lo mejor sí lo haya hecho.

—Oh, calla. —giró un poco su rostro para ocultar su sonrojo —¿A qué has venido?

—Uhg, paciencia, pequeño fastidioso, ya me voy. —rodó los ojos con diversión —¿Tienes bicicleta?

—¿Qué?

—Bicicleta. Ya sabes, tiene dos ruedas...-

—¡Sé lo que es una bicicleta!

—¿Entonces?

Seijūrõ cerró los ojos un momento. Había momentos en los que se cuestionaba realmente el porqué ese chico le atraía. Suspiró.

—Sí, tengo bicicleta. —mentira.

Akashi Seijūrõ se transportó en coches toda su vida y ni siquiera él los conducía. No ha usado una bicicleta en años.

—Genial, la necesitarás mañana. —murmuró —Ah, lleva una manta si puedes.

el chico lava-ventanas; mayuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora