Capitulo 30

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-Aitana, tranquila. Seguramente se haya quedado sin batería.

-Que no, Amaia. Que he metido la pata hasta el fondo. Que esto no me lo perdonará nunca.

-Deja que se calmen las cosas. Seguro que podéis hablar tranquilamente.

Aitana estaba rota. Había perdido a una de las personas que más quería por hacerle caso a Vicente. Estaba segura de que Luis nunca perdonaría que le hubiese hecho caso a un rumor antes de hablar con él.

-La última, Amaia. Te lo prometo. Necesito hablar con él.

Aitana marcó el número de Luis sin esperar respuesta, igual que las últimas diez veces. Dejó que sonase y cuando se retiraba el móvil para colgar, una voz le respondió desde el otro lado.

- ¿Qué quieres, Aitana?

-Luis. Por favor, escúchame. Me he portado como una estúpida. De verdad, necesito que me perdones. Nunca debí creer a ese antes de hablar contigo.

-Aitana, ya está. Necesito estar solo. Y tú necesitas aclarar todo.

-Ya se que es todo mentira. Me lo ha confesado. Luis. Por favor. ¿Luis?

-Ya hablaremos, buenas noches, Aitana.

Luis colgó la conversación y Aitana comenzó a llorar otra vez sin despegarse el teléfono de la oreja.

Los días pasaron. Aitana preparaba las maletas para irse con Ana a Madrid a grabar el videoclip de "Lo malo". Tenía la esperanza de verle y poder hablar cara a cara. Después de esa corta conversación la noche que pasó todo, no habían cruzado palabra de ninguna forma. Aitana entendía que necesitaba su espacio, y que, si el decidía cortar con todo, estaba en todo su derecho, ya que ella había confundido todo.

- ¿Cepeda está en Madrid? -Preguntó Aitana a su amiga mientras se montaban en el coche que las llevaría al hotel.

-Pues no lo sé, Aitana. De todas formas, no creo que tenga tiempo de salir mucho. -le respondió Ana intentando no desilusionarla, aunque la verdad era que él no tenía ganas de verla.

- ¿Cómo está? ¿Está grabando ya cosas?

-Bueno, no ha dejado de componer en este tiempo. Ya sabes como es, todo lo plasma en canciones. Y está como puede. Está siendo difícil para el también.

-Me imagino. -No sabía que más decir. Ella sentía que era la responsable de cómo se sentía Luis.

Luis no apareció en ningún momento de la semana en ningún sitio relacionado con Aitana. No habían vuelto a hablar, pero sabían que se iban a encontrar. No dejaban de tener eventos juntos y conciertos que defender.

-Vamos a ver, Cepeda. ¿Como quieres que cambie a tres días del concierto tu dúo con Aitana? No podemos hacer eso. Además, a mí me matarían.

-Ya lo sé, Manu. Pero no puedo hacerlo. No puedo por lo menos por ahora. Ya te he contado todo lo que ha pasado y me va a ser imposible hacerlo.

-Mira, dejaos de gilipolleces y haced el "No puedo vivir sin ti" en condiciones o no lo voléis a cantar, pero porque os mato. Y no seas cabezota y arreglad las cosas.

-No puedo. Ha desconfiado de mi creyendo al exnovio, el cual nos ha hecho la vida imposible. La quiero, más que lo que cualquiera os podéis imaginar, pero estoy hecho mierda.

-Cualquiera nos podemos equivocar. Ya sabes como es Aitana. No cree en la maldad de la gente. Es demasiado buena para imaginar que una persona que la quiere o la ha querido la puede hacer eso. Habla con ella, deja que te explique las cosas. Seguro que la culpa no es suya, si no de quien le comió la cabeza. Te quiere, Cepeda. No os alejéis por el puñetero orgullo.

-Gracias, Manu. Gracias por escucharme y aconsejarme.

Ese mismo día se veían. Tenían por delante un viaje a Tenerife y una entrega de premios juntos. Todo lo que llevaban una semana evitando iba a pasar. Aitana llegó acompañada de Ana con la cabeza baja. No quería cruzar miradas con él o sabía que las lágrimas se le saltarían solas. Se detuvieron, pero la confianza que Ana le desprendía a su lado desapareció. Levantó la mirada y vio que ella se alejaba. En ese momento vio a Cepeda acercándose. No entendía porque iba a buscarla cuando él era el que no quería saber nada de ella. Se hundió en sus pensamientos y cuando se quiso dar cuenta, él ya estaba a su lado. Tenía la mirada fija en ella, pero no era la mirada de siempre. Hacia mucho que no veía tanta tristeza y rabia en esos ojos. No la veía desde la discusión del día de la final. Ella se sentía culpable por ello y fue incapaz de controlar las lágrimas que amenazaban con caer en cualquier momento.

-Hola. -Rompió él el silencio en el que se encontraban.

-Hola. -consiguió responder ella entre sollozos.

-Vamos, anda. Y deja de llorar, por favor. Ya hablaremos.

Estaban los dos solos en la habitación. Aitana movía involuntariamente las piernas de los nervios y no hacía más que mirar sus manos. Él la miraba a ella. Ninguno decía nada. Solo miraban.

-Perdón. -dijo ella de golpe mientras levantaba la mirada y dejaba ver todas las lágrimas que ya habían comenzado a caer por sus mejillas.

Él se levantó corriendo de la silla y se sentó a su lado al borde de la cama.

-Perdón. No debí creer a Vicente sin antes hablar contigo. Fui una estúpida. Es toda mi culpa.

- ¿Cuánto tiempo estuviste pensando eso sin decírmelo?

-No sé. Me lo dijo cuando íbamos de camino a casa de Raoul. Y luego tú te saliste a hablar y escuché que no querías que me enterase. Sabes que soy muy desconfiada, Luis. Nunca me lo ha puesto fácil. No creí que Vicente fuese capaz de hacerme esto.

-Ya está. Tranquila. Pero de momento no puedo, Aitana. Una relación funciona a partir de la confianza y me has demostrado que no confías en mí. No se que pasará de aquí en adelante, pero lo que no puedo es aparte de mi lado, aunque sea como amiga.

-Luis, yo...

-Deja de justificarte. Yo te creo. -La abrazó y se levantó de la cama. -Yo también querría haberme podido justificar y decirte que con la persona que hablaba en casa de Raoul era una chica de una agencia. Estaba organizando un viaje para desconectar unos días los dos juntos.

Luis se dio la vuelta y anduvo hasta llegar a la puerta. Justo cuando levantaba la mano para llevarla al pomo y abrir, notó como Aitana rodeo su muñeca. Se giró y notó los labios de la catalana en los suyos. Tenía que reconocer que la había echado de menos estos días. Pero estaba confundido.

-Aitana, para. Para, por favor.

Se dio la vuelta y salió de la habitación, dejando a Aitana totalmente confundida.


**Hola. Quería pediros perdón por tardar tanto últimamente en subir. Aun así ya hemos alcanzado las 40mil visualizaciones y por eso os quería dar las gracias. A todos los que estáis esperando a que haya nuevo capitulo, a lo que comentáis, votáis, MUCHAS GRACIAS.**

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