Y ahí estaban los dos. Tumbados en medio de la sala de ensayo. Tan pequeños en medio de un espacio tan grande. Pero con unos corazones igual de grandes. Ninguno se atrevía a romper el silencio. Un silencio cómodo, donde los dos estaban disfrutando de lo que sentían. Uno al lado del otro. Uno dentro del otro. Clavado en el corazón. Poco a poco sus manos fueron al encuentro entre ambos cuerpos. Y así quedaron unidos más de lo que ya lo estaban sentimentalmente. Simplemente entrelazando los dedos.
- ¿Y ahora?
-No pienses en eso ahora, pequeña. Solo disfruta.
Aitana se dio la vuelta, apoyó su cabeza contra su pecho. Quería oír lo que ella provocaba en él. Sus corazones totalmente acompasados. Cerro los ojos cuando el empezó a darle los tan significativos besos en la cabeza. Y ahí, en la total calma de ese momento, con la calma que el le daba, se empezó a quedar dormida.
-Vamos a la cama.
Ambos se levantaron, y abrazados fueron caminando hacia la habitación.
-Perdón.
- ¿Quieres dejar de pedir perdón por todo, Aitana?
-Perdón.
Eso provocó la risa de Luis. Y el enrojecimiento de la chica.
-Calla, que nos van a oír. No, pero de verdad, perdón por todo. No me he comportado bien y lo siento mucho, de verdad.
El no dijo nada. Solo frenó en seco. Ella lo miro, y vio su la sonrisa perfecta. Al verla instintivamente le sonrió. Pero esa sonrisa se vio opacada rápidamente por los labios de él. Un beso intenso. Pero lleno de amor como el anterior. Y sin decir ni una sola palabra, entraron en la habitación, y cada no se fue hacia su cama. En cuanto Luis vio que Aitana se había dormido sin ni siquiera taparse, se levantó, la arropó, y la besó en la frente.
-Buenas noches, pequeña.
A la mañana siguiente, Aitana se despertó sonriendo y su primer impulso fue tocarse los labios. Había sido todo tan bonito. Pero solo había sido un sueño. Precioso, pero un sueño.
Se levantó, pero cuando fue a salir una mano la atrajo otra vez a la habitación.
-Luis.
-Buenos días, pequeña.
Aitana estaba roja como un tomate. ¿Cómo le iba a decir que había soñado con él?
- ¿Qué tal has dormido?
-Bien. Bueno. No sé. He soñado contigo. En la sala de ensayos. Me sobró la segunda copa de cava.
- ¿Estas seguras que ha sido un sueño? Porque si es así, hemos soñado lo mismo.
A Aitana se le iluminó la mirada al recordad todo lo que había pasado. Y que no había sido un sueño. Todo fue real. Muy real. Sonrió y recibió la misma respuesta.
-Buenos días, Aitana. -le dijo abrazándola.
-Buenos días.
Ella quería recordar cómo se sentía un beso de él. Así que sin dudarlo le besó. El se sorprendió ante aquel gesto, pero no tardó en responderle de igual forma.
-Ay, perdón, bua, que horror. Perdón, perdón.
-Luego nos vemos.
Cepeda sabía que ahora ambas tenían que hablar, así que las dejó solas.
-Amaia, ni se te ocurra decir nada.
-No, no, perdón, Aitana. No sabía que estábais aquí.
-Por favor, júrame que no vas a decir nada. Ni siquiera a Alfred.

ESTÁS LEYENDO
Camuflados
FanfictionAiteda...una historia de amor camuflada en una preciosa amistad...¿o no tan camuflada? *AVISO* antes de criticar, leer la primera pagina para saber porque hago esta historia.