Capitulo 5

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A la mañana siguiente Amaia y Aitana se levantaron juguetonas. Pero la actitud de Luis estaba siendo muy rara. Se le veía triste, apagado, como si las cosas fueran para atrás en vez de para adelante.

Y es que todo esto le estaba superando demasiado. Después de que ambos sinceraran algunos de sus sentimientos, le hacía más difícil el no poder comerla la boca de un beso. Por lo que durante el día prefirió tomar algo de distancia con ella y ya después le explicaría todo. Seguro que ella también estaría de acuerdo.

-El asesino es Cepeda, porque ha matado primero a Aitana.

-Yo nunca mataría a Aitana, la dejaría para el final.

-Joe, Luis, te esto diciendo que es Agoney, pero no confías en mí.

-Yo confió cien por ciento en ti, pero en este juego no.

-Ves te lo dije. Hala, a ver si en esto me haces caso, vamos a ensayar.

Y es que no podía quedarles mejor la canción de "La bella y la bestia", eso sí, era un completo desastre. Pero era su mejor para estar juntos y comerse con la mirada.

-Paaaaaaraaa. -Le dijo ella a el cuando se la quedo mirando. No quería que fuese tan obvio. Y es que por un lado de daba pánico como tomaría su familia todo eso. Se llevaban diez años. Pero ella se refugiaba en la canción. La belleza está en el interior.

Pero lo que no disimulo mucho fue el interrogatorio que le hizo durante la comida sobre todas las ciudades donde había vivido. Ella simplemente lo hacia para saber si el iba a ser capar de irse a Barcelona. Y visto que se fue a Málaga por una exnovia, seguro que estaría dispuesto a vivir allí.

-Joder, a mi no me mires, que yo no te he dicho nada, ha sido tu mejor amiga.

- ¿Ah, ¿sí? ¿Somos mejores amigos? Nunca lo había pensado. -Dijo Aitana mientras se levantaba a abrazarle. Abrazo que duro mucho, incluso ella llego a sentarse en sus rodillas.

-Es que, aunque era su amiga, y le quiera, le pongo mucho...

-¿Me pones que...? -dijo el asustado.

-Que te doy mucha caña, vamos. -dijo nerviosa ella.

Las caras de sus compañeros fueron un show, ya que habían escuchado algo, pero siempre era dentro de la habitación, y no podían creer que estuviesen hablando así delante de las cámaras.

Durante la clase de yoga estuvieron evitándose todo el tiempo, pero las miradas no fallaban. Ambos sabían que, si se ponían juntos, se iban a poner nerviosos y no querían eso. Así que no hubo mas que intercambios de miradas y algún roce de manos.

Pero cuando la profesora les pidió que escribiesen un propósito para un compañero, lo tuvieron claro.

-A Luis, le deseo que le valla muy bien con la música y que todo salga bien.

-A Aitana, que no pierda nunca esa alegría, esa luz ni esa magia.

Durante la cena hubo un pequeño conflicto entre los fumadores. Cepeda no tenia tabaco y le cogía siempre a Roi.

-No quiero que fumes.

A lo que el no le contesto, sabía que le lo decía de corazón y que de verdad no quería que le pasase nada por culpa del tabaco.

-Pero si quieres le digo a mis padre que te traigan.

-Da igual, Aitana, si el martes ya voy a esta fuera para poder comprarlo yo.

-No digas eso, jo.

Aitana no pudo evitar empezar a llorar pensando que se podía ir sin que hubiesen llegado a ningún puerto. Cepeda no lo dudo y la abrazo, y ambos se fundieron en el brazo más sincero y mágico que habían tenido.

-Perdón.

-No quiero que te vallas.

-Yo tampoco, pequeña.

-No me llames así, que me pongo nerviosa.

-Es que eres mi pequeña. Lo quieras o no.

A la mañana siguiente cada uno hablaba de su favorito.

-No tiene por qué decir su favorito. -dijo Nerea refiriéndose a Cepeda.

- ¿Por qué no lo voy a decir?

- ¿Pero quien es? -pregunto nerviosa Aitana.

- ¿Quién va a ser? -dijo mirando a su niña.

Aitana se avergonzó por ese comentario, pero se le puso la típica sonrisa tonta que ponía cuando le decía algo.

Durante los ensayos, Luis entró en la sala donde estaba Aitana para verla. Ella no soportaba que el estuviese mirándola mientras hacia cosas. Se ponía muy nerviosa. Pero es que el corazón se le aceleraba tanto que no podía ni cantar.

-Vete Luis, que me pones nerviosa.

Luis se fue, porque podía entender cómo se sentía Aitana. Y lo último que quería era que no pudiese ensayar y que estuviese nominada esta semana.

- "Sueño contigo que me has dado, sin tu cariño no me habría enamorado"-Canto Cepeda mirando hacia Aitana.

Aitana se ponía muy nerviosa cuando hacia esas cosas. Porque no podía controlar lo que sentía, y no quería ser demasiado obvia.

-Luis, ¿podemos hablar?

- ¿Qué pasa?

-No sé. Estoy rara. No sé qué me pasa.

-Intenta explicarlo.

-Me siento demasiado obvia. Tu hoy estas pasando de mí. Y yo voy detrás de ti todo el rato. No se porque estas así hoy, pero me desespera. Y no se como se puede estar viendo esto fuera.

-Aitana, ya hemos dejado todo claro, pero yo no quiero hacer nada hasta que tu no estés cien por cien segura. Pero yo también siento cosas, y me cuesta estar cerca de ti como si no pasase nada.

-Ya, Luis, si lo sé. Pero no sé, creo que hay que aclarar muchas cosas mas fuera, antes de nada.

La decepción que tenia Cepeda en ese momento no lo sabia nadie. No podía creer que después de ayer, le estuviese diciendo todo esto.

-Te entiendo, tienes dieciocho años y todavía necesitas mucho el apoyo de tu entorno para todo.

-No, no es eso. Pero si necesito hablar con ciertas personas. Con Vicente no quedo nada claro, solo que yo necesitaba pensar. Y sobre todo necesito hablar con mis padres. Entiéndelo, ero no te enfades, por favor.

-Nunca podría enfadarme contigo.

Se abrazaron, pero ambos tenían demasiada sensación de culpabilidad por no decir lo que les pasaba en realidad. Cepeda tenía miedo a comerla la boca en cualquier momento, y por eso se alejaba de ella. Y Aitana, por su parte, tenia miedo a parecer una niña encaprichada siendo todo el tiempo atrás de él y picándole solo para obtener su atención y que él se cansase de eso.

-Buenas noches, Luis. -se despidió ella, visiblemente emocionada.

-Buenas noches, Aitana. 

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