Colton.
—Vale bro, luego nos vemos.—dice Travis al dejarme en la entrada de mi casa.
—Dale, gracias.
Me meto y dejo las llaves en la mesita de vidrio de la sala.
Subo las escaleras y camino hacia la bañera.
Al salir escucho a alguien llamar la puerta. Me pongo los jeans ajustados pero bajo sin playera y con la toalla en mano, secando mi cabello bruscamente.
Al abrirla me encuentro con esos hermosos ojos de los que siempre he estado enamorado.
—Hola.—dice Allison y sonríe.—¿Puedo...?
—Claro.—digo y me aparto para dejarla pasar.
—No pensé que me recibirías tan bien.
—¿Eh? ¿Por qué no lo haría?
—Porque por mi fuiste a prisión.
Me río.—No sería la primera vez.—digo y desvío la mirada.
—Tampoco la última, de seguro.
Dejo escapar una carcajada tan grande que casi me ahogo y ella hace una mueca.—Me encantas, Allison.—digo y camino a mi cocina.—¿Tienes hambre?
—No, gracias.—se levanta y viene justo a mi. Se ve tan sexy con el rímel escurrido y la nariz un poco roja. Con solo pensar que la tendré tan cerca, mi piel se hace de gallina.—Perdón, no sé en qué estaba pensando.—dice y me abraza. Su olor llega hasta mi nariz y ahora me doy cuenta de que la he extrañado mas de lo que creía. Le sujeto la cabeza y siento su suave cabello castaño en mi cuello.
—No tengas cuidado. Yo también me asustaría si un hombre se metiera a mi casa por la ventana a media noche.—digo y se ríe. No la veo, pero lo noto en su cuerpo.
—Yo también te extrañé.—dice y levanta la cabez apara vermea los ojos.—Como jamás he extrañado a nadie en mi vida.—Bajo mis manos hasta su cintura y ella me abraza por el cuello. No lo dudamos más y nuestros labios al fin se tocan.
Como lo he extrañado hacer. Como seguro ella también lo extraño hacer.