Allison.
—Travis... ¡Travis!, ¡Detente!, ¡Colton se ha caído!.
—¡¿Qué?!
—¡Para!—Travis frena y yo corro hacia donde lo ví caer.
No hay nada. Me estremezco y busco con la mirada entre todos lados. Nada. Comienzo a alterarme y escucho a Travis venir detrás de mí.
—¡Eh!, ¡Ayuda!, ¡Llamen a una ambulancia!—grita y yo me quedo paralizada. No me muevo. Travis me agita bruscamente pero no responde. Y por más que quiero moverme y decirle que estoy bien, no puedo. No puedo.
—¡Allison!, ¡Allison!, ¡¿Me escuchas?!—dice Travis y me caigo sin más.
Cuando despierto, me duele mucho la cabeza y estoy conectada a unos tubitos en el hospital.
Miro hacia todos lados bruscamente, como si encontrara la causa por la que estoy aquí en las paredes.
Me siento mal. Deprimida y confundida. No sé como ni cuando llegué aquí, y está habitación me da miedo.
Veo a una señorita entrar por la puerta. Viste de blanco y su sonrrisa es amplia y cálida. De alguna forma me tranquiliza.
—Buenos días, señorita West.
—Hola.—digo y me limpio el sudor de las manos en los jeans.
—¿Cómo va tu cabeza?
—Duele un poco.
—Pero está mejor, ¿no?
—Creo...
—Alguien ha estado ansioso por verte.—sonríe y se va.
Después de unos segundos, entra Travis por la puerta con la cara más pálida de lo normal y apariencia de no haber dormido por varios días. Me pregunto cuanto tiempo llevaré aquí.
Trae unos tulipanes muy hermosos, pero no tengo idea de como sabe que me encantan.
—Hola...—dice y me entrega las flores.—Son tuyas.
—Gracias.—digo y lo abrazo. Su abrazo es grande y cálido.
—¿Cómo estás?
—Mejor, ¿tú?
—Bien.
—¿Y Colt?
—Él... casi se ahogaba, pero ahora está bien.
—Gracias por informarme.
—Allison, ¿aún lo amas? Mira, no quiero lastimarnos, pero si es así, no habrá problema si quieres volver con él, yo...
—Travis...—digo y me le acerco.—Claro que todavía siento algo por él, pero eso fue cosa del pasado, tú eres mi presente...—digo y lo beso. Mientras lo hago, el sonríe y yo también.