Allison
Travis entrelaza nuestros dedos y yo me siento en la cama, escuchando a aquél chico hablar tartamudeante y temeroso.
Colton no deja de mirarme, pero no me importa. De vez en cuando muestro un gesto de cariño hacia Travis para que no haya un segundo enfrentamiento entre ambos.
Cuando el chico termina de contar su extraña historia llena de engaños, malos negocios y alcohol, me levanto y camino hacia la ducha.
—¿Me dejarían ducharme?
—Claro.—ríe Travis.
Me meto en el w.c. y comienzo a ducharme. Escucho el crujido de la puerta abrir y miro a Colton lavándose las manos.
—¡Oye! ¿Qué haces?
Colton sonríe y me mira maliciosamente.
—Te he echado mucho de menos. —dice y se seca las manos en su pantalón mientras camina hacia mi.
—¡Aléjate! No me hagas gritarle a Travis.—digo nerviosa.
—Hazlo. Él y Bryan fueron al cajero.
—Imposible, él jamás me dejaría sola contigo.
—Él no lo hizo. Yo lo engañé. Vamos, apúrate, sólo tenemos unos minutos para divertinos. Hay que hacerlos valer.
—Será mejor que salgas de aquí ahora o llamaré a la policía. —le advierto y el sonríe mientras se desabrocha los jeans.
—Creí que no lo volverías a hacer.
Dejo escapar una risita nerviosa.
—Tú ya no me importas.
Él sonríe sobriamente pero no se detiene y quita de un tirón su remera.
—Hagamos un trato, Ali. Yo te dejo en paz, si sólo por una jodida vez en tu vida, me complaces. Sólo una maldita vez. No pido más. De otra forma no dejaré de joderte hasta el culo.
—Sí digo si, seré una puta fácil.
—Yo jamás diría eso de ti. Esto se quedará entre tu y yo. Será... —dice y jala su última prenda hasta que cae en el suelo húmedo.—nuestro sucio secreto.
—No te rendirás ¿cierto? —sonrío y jalo la cortina de baño al lado opuesto, dejando mi cuerpo desnudo al descubierto.
—¿Soy el tipo de idiota que se rinde?
