Capítulo siete.

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Allison.

Tomo un trago grande de vino y toso.

—Señorita, creo que tiene que dejarlo.—dice el cantinero.

—Déjeme en paz.

Un hombre entra por la puerta y mira hacia todos lados, su mirada choca con la mía. Lo conozco. Es Travis, el amigo de Colton.

No deja de mirarme confundido y aparto la mirada. No quiero que me vea así. Con el rímel chorreado y la nariz roja.

Travis se sienta a mi lado, en uno de esos bancos altao y negros que brillan con las luces del lugar. Le pide algo al cantinero que no logro oír gracias a la música y me mira de reojo.

—¿Qué quieres?—pregunto mirándolo molesta.

—¿Te conozco?—dice y arquea una ceja.

—No estoy bromeando.—digo y vuelvo a tomar otro trago.

—Bien.—dice y le da las gracias al cantinero, que ha dejado un vaso con vodka delante de él.—¿Qué haces aquí?

—Sintiéndome como una idiota, y ¿tú?

—Supongo que también.—toma un trago grande, dejando casi vacío el vaso. Lo miro y veo una cicatriz que tiene en la ceja. Es guapo. Tiene unos provocadores ojos azules y unos grandes músculos.

—¿Qué miras?—dice y sonríe, yo también lo hago.

—Nada...—digo y toco su oreja. Él me mira asustado y bajo mi manos por su cabello hasta su cuello.

Tal vez esté algo alcoholizada, pero si sé lo que hago, y sé que lo deseo.

Voltea hasta quedar enfrente mío y me toca la cara. Su mano es grande y cálida. Me hace sentir bien. Lo beso y él me responde con más fuerza aún. Se levanta de su asiento, aún sin dejar de besarme y me carga. No sé a donde me lleva ni me importa. Él conoce éste lugar mejor que yo.

Llegamos a una habitación oscura y cierra la puerta, dejándome enfrente de él.

—Colton va a matarme.

—No pienso volver con ése imbécil.—digo y lo beso tan fuerte que siento unas punzadas de dolor en el labio. Él me jala hacia su cuerpo de la cintura, y luego, sus manos bajan hasta mi trasero, pegándome más a su cuerpo y haciendo que pierda el control.

Dulce tentación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora