Capítulo cuatro.

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Colton.


—Se supone que tengo derecho a una llama, ¿no es así?

—Silencio, pedazo de mierda.

—¡He!, necesito hacer una llamada y no puedes negarmelo.

Él me mira y me acompaña a un teléfono cerca de donde estaba sentado. Marco el número y apoyo el peso en la pierna derecha. Me duele la cara, éstas personas no pararon de golpearme hasta que llegamos.

—¿Travis? Travis, necesito que vengas por mí...

—¡Hey!, Colt, escuché que te han arrestado de nuevo, ¿está vez por qué fue?

—Travis, escucha, necesito que...

—Ahh, ya recuerdo, entraste a la casa de una niña por la ventana ¿no?—se ríe y tengo la sensación de que si no se calla, le romperé la cara. Aun estando aquí.—Colton, bro, jamás me imaginé que fueras un pedófilo de...

—¡Cierra la boca estúpido! Necesito que pagues la  fianza, no es mucho, no la toqué. Además ella ya no es una niña.

—¿Ah? Ah, ya, ahora entiendo. La niña es ella, ¿cierto? Hujujuju ¿como se llama? ¿Allison?—suelta una gran carcajada que casi me revienta el oído—¿Ella te ha entregado a la policía? ¿En serio? Esto si que es bueno.

—Escúchame, imbécil. Como sabrás no me dan mucho tiempo para hablar, sácame lo más rápido que puedas.

—Eres el gran Colton Maslow, tú podrás arreglartelas sólo.—dice y le cuelgo. Maldita sea.

 Después de una media hora el oficial me llama y yo salgo. Travis esta sentado en las bancas que están del otro lado por donde llegué. Lo miro y me sonríe. Yo también lo hago.

—Colt, por aquí.

—Gracias bro.

—Ven, salgamos de aquí.—dice y salimos de la comisaria.

Entramos a su auto y no deja de mirarme.

—Esos idiotas me golpearon ¿de acuerdo?

—Pero tú eres demasiado fuerte, o sea, eres Colton Maslow, ¿cómo pudieron golpearte?—dice sarcástico.

—Jódete Travis.—digo y miro por la ventana.

—¿Y que piensas hacer?

—Nada, supongo que sanará sólo ¿no?

—No hablo de eso, estúpido, hablo de ella.—lo miro y frunzo el ceño.

—No lo se.

Dulce tentación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora