3.-La verdad.

46 3 0
                                    

Pasado casi un año desde que Ander me regaló aquel collar no averigüé mucho más de lo que sabía acerca de mi verdadera familia y continuaba varias noches mirando aquel collar y la foto que en él se encontraba he de admitir que Ander era muy mono de pequeño, tenía una cara redonda y unos rizos dorados que le hacían ver casi como un ángel, además por aquel entonces sus ojos azules brillaban mucho más y tenían una energía asombrosas o eso es lo que me parecía a mí. Y luego estaba ella, aquella mujer sonriendo con el pelo castaño corto y sus ojos verdes que fácilmente podían oler a hierva, era muy guapa, todos estaban guapísimos en la foto, y luego estaba yo que no me parecía a nadie, si me querían pero yo quería saber quién era mi verdadera familia.
Bueno hoy no era día de ponerse a pensar en eso, hoy era el cumpleaños de mi queridísimo hermano y seguramente estuviera emocionadísimo como en todos los anteriores por lo que yo no era quien para hacer que se entristeciera en su día especial, por lo que me olvidé de todo y sin querer me volví a queda dormida en mi calentita y cómoda cama.

-Valeri, Valeri, despierta mira lo que tengo papá dice que es porque ya tengo diez años mira venga despierta.- De verdad que importante debería de ser para que me tubiera que zarandear de esas maneras si lo hacía un poco mas fuerte apuesto a que me arrancarían el brazo. Cansada de que me hiciera daño pegué un tiron haciendo que me soltara y poco a poco abrí los ojos, primero muy poco ya que la poca claridad que entraba por las rendijas de la ventana me molestaba y vi su cara de entusiasmo y euforia sus ojos me recordaron al bebé que rato antes había visto en la foto volvían a tener el mismo brillo. Después de que sonriera sin entender que tenía que mirar supuestamente y que era tan importante para que me hubiese despertado de mi plácido sueño él abrió dos enormes alas que brillaban con los rayos de luz que antes molestaban a mis ojos. Aquellas alas eran gigantes, es mas, el estendía los brazos y no conseguía alcanzar las puntas, de donde habían salido aquellos dos esqueletos llenos de plumas.

-¿Tienes alas?.- Pregunté incredula, es decir, que de la nada le salieran dos enormes alas no era muy normal la verdad.

-Según papá dice que somos ángeles y que poco a poco me iré desarrollando como por ejemplo ahora que me han salido las alas, duele un poco pero bueno, ¿a qué son preciosas? Y ahora además ahora puedo volar.

-¿Pero ya sabes también volar?

-No boba me va a ensañar papá luego venga vamos a desayunar hay pastel después practicáremos un rato si quieres estar presente yo estaré encantado.- Besó mi frente y volvió a cogerme del brazo tirando de mí hasta que me sacó de la cama y empezó a correr escaleras abajo donde por cierto casi me mató porque mi querido hermano no se daba cuenta de que tengo las piernas más cortas que él y mis piernas no abarcaban la misma distancia que las suyas y cada dos por tres me tropezaba. Al final llegamos a la cocina jadeando aunque yo mas que él y efectivamente Will había echo bizcocho que era tan esponjoso y estaba tan rico que solo con verle me lancé sobre él para comermelo.

Desayunamos tranquilamente menos Ander, que estaba deseoso de salir e intentar volar, tanto es así que en menos de cinco minutos se había bebido un café con la escusa de que necesitaría energía, un cuarto de bizcocho y una manzana, parecía un cerdo comiendo pero mientras lo hacía conseguía que me riera sin parar con él hasta que Will pudo poner un poco de orden en la mesa y acabamos ambos de desayunar. Y en cuanto Ander ya se podía levantar salió corriendo de nuevo hacía la explanada que se encontraba nada mas salir, Will y yo salimos detrás de él casi riéndonos de él a lo que bufó un poco pero seguía tan alegre como desde que empezó la mañana. La explanada estaba llena de hierba blanda que formaba un colchón bajo los pies descalzos, era muy reconfortante sentirla hacerte cosquillas en la planta de los pies.

-Bien Ander,- comenzó Will -volar es muy sencillo y creo que sacar tu alas ya lo controlas.- Dicho esto el sacó unas alas de más de dos metros de envergadura blanquísimas y las extendió, dando un salto muy potente se elevó mientras batía las alas, como me encantaría hacer eso. Después dio una vuelta volando al rededor de nosotros y continuó hablando. -Lo único que tienes que hacer es primero mover las alas en el suelo, para sentirlas, después corre un poco para darte impulso, salta y agita las alas. Al principio te va a costar porque apenas tienes fuerza en ellas pero podrás mantenerte en el aire unos segundos.

¿ÁNGEL O DEMONIO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora